Lo que comenzó como una experiencia espiritual terminó siendo una noche llena de terror del reportero.

Al interior de la selva amazónica en Colombia, el periodista Jorge Said compartió con las tribus del sector y conoció los rituales espirituales en que realizan con una gran variedad de plantas sagradas. Sin embargo, en Vaupés, el reportero tuvo una particular experiencia con la ayahuasca.

Durante un nuevo episodio de “Secretos de un reportero”, el corresponsal Jorge Said nos compartió la arriesgada anécdota que tuvo en Colombia y los rituales que se hacen con plantas medicinales. Said llegó en bote a la tribu amazónica de los guayaberos, quienes usan la ayahuasca, allá nombrada yagé, con fines curativos y espirituales.

¿Qué es la ayahuasca?

“Para ellos, esto jamás ha sido una droga. Si no que es una planta importante, es parte del quehacer cotidiano, es parte de como ellos adivinan el futuro, el cómo ellos sufren estos viajes de transformación en los cuales se averiguan muchas partes de las profundidades mismas de nuestro conocimiento”, dijo Said sobre lo que significa la ayahuasca en ese pueblo.

La ayahuasca es una medicina sagrada utilizada por al menos 80 tribus indígenas de la Amazonía. Se trata de una bebida preparada a partir de la combinación de dos plantas: Banisteriopsis caapi y Psychotria viridis. Aunque es conocida por sus efectos alucinógenos, para estos pueblos originarios su uso tiene un propósito espiritual profundo: estimular los viajes astrales, la meditación y la clarividencia.

"La ayahuasca ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales. Normalmente, se usa mezclada con otra planta también sagrada de esta Colombia profunda que se llama Chacruna”, explicó Jorge Said y añadió: “Estas tribus las utilizan como un método de conexión con sus ancestros, pero también para curar muchísimas enfermedades. Nunca ha sido vista como una droga recreativa y siempre tiene que estar la presencia de un chamán, es decir, de una persona que nos va a guiar en este viaje hacia lo que son las visiones más importantes en nuestras vidas.”

Jorge Said vivió terrible experiencia con la ayahuasca

De este modo, Jorge Said asistió, junto a un grupo de 50 personas, a un ritual donde les dieron de probar de ayahuasca. Sin embargo, su vivencia no fue lo que esperaba.

“Después de una o dos horas empezamos a sentir el efecto de la ayahuasca. Tuvimos una mala experiencia, tanto yo como mis acompañantes. Creemos que fue por la influencia del chamán. A veces hay chamanes buenos que te guían y te permiten vivir una gran experiencia con estas plantas visionarias… pero otras veces puede suceder lo contrario”, relató en “Secretos de un reportero”.

“Para algunos, esta bebida (la ayahuasca) es una puerta a un mundo espiritual; para otros, puede ser el desencadenante de trastornos psiquiátricos”, declaró Said.

“Mi experiencia fue intermedia. Tuvo una parte muy bonita, una parte espiritual, pero también tuve momentos de mucho miedo. Siento que no estuve bien guiado”, dijo. Aunque el lado negativo fluyó de inmediato: “Tuvimos un viaje malo, influenciado por el hechicero del chamán. En un momento empezó a oscurecer, y al abrir los ojos, no había nadie a nuestro alrededor. ¿Dónde estaban los otros 40 integrantes de la tribu? Fue una escena terrorífica. Intentamos salir, pero no podíamos encontrar la puerta. Nos habían dejado encerrados. ¿Cómo podía haber pasado tanto tiempo? Había cosas inexplicables en ese viaje”, recordó el reportero.

El periodista Jorge Said dijo que él y sus acompañantes estuvieron gritando en el sector sin poder salir de la zona. Finalmente, fueron ayudados por el profesor de la escuela junto con otra persona, el alcalde, quien les dijo: “Tienen que pasar la noche en la escuela. Quédense encerrados aquí porque ahora están bajo el poder del chamán. Y ese chamán no es una buena persona”.

Además, Said relató: “En ese momento escuchábamos ruidos extraños, como si pájaros golpearan el techo. La experiencia fue terrorífica, realmente terrorífica. Cuando amaneció, y tras haber pasado la noche entera rezando, le dije a mis acompañantes: ‘Vámonos. Hay una avioneta que nos puede sacar de este lugar. Aquí es peligroso seguir…”, concluyó.