Asteroides: qué son, cómo se forman y por qué importan
Los asteroides son rocas espaciales que orbitan el Sol. Conoce sus tipos, diferencias con meteoros y meteoritos, y los riesgos que podrían generar en la Tierra.
En un nuevo episodio de "Crónicas Terrícolas", el astrónomo José Utreras y Javier Manríquez, influencer conocido como Guororororoi, invitaron a la actriz y conductora radial Carola Varleta a conocer el fascinante mundo de los asteroides.
José Utreras explicó durante el programa que un asteroide es esencialmente una roca que tiene metales, a menudo silicatos, y puede ser similar a las rocas que se encuentran en la Tierra, aunque a veces un poco más dura. Estos son cuerpos celestes que dan vueltas alrededor del Sol en su propia órbita.
¿Asteroides, meteoros y meteoritos son lo mismo?
Además, hizo una diferencia entre lo que es un asteroide, un meteoro y un meteorito:
- • Un asteroide es la roca que orbita en el espacio.
- • Un meteoro es el término que se le da a esta roca cuando entra en la atmósfera terrestre.
- • Un meteorito es la roca que sobrevive el paso por la atmósfera y choca con el suelo, y que se puede tomar con la mano. La mayoría de los meteoros más pequeños se queman y disuelven al entrar en la atmósfera, sin llegar a la superficie.
En ese sentido, los asteroides, según datos aportados por la NASA, son cuerpos rocosos que quedaron como remanentes de la formación inicial de nuestro sistema solar, hace unos 4.600 millones de años.
Conoce la clasificación de los asteroides
Estos objetos espaciales varían enormemente en tamaño: algunos alcanzan cerca de 530 kilómetros de diámetro, mientras que los más pequeños apenas superan los 10 metros de ancho.
Y se clasifican según su composición:
- Asteroides tipo C (carbonosos): son los más comunes y están compuestos principalmente por arcilla y silicatos.
- Asteroides tipo S (silicatos): conocidos como “pedregosos”, contienen silicato y mezclas de níquel-hierro.
- Asteroides tipo M (metálicos): ricos en metales, en especial níquel y hierro.
Las diferencias en su composición están relacionadas con la distancia al Sol en el momento de su formación. Algunos, tras su origen, fueron sometidos a altas temperaturas, lo que provocó procesos internos: el hierro se hundió hacia el núcleo mientras la lava volcánica emergía a la superficie.
Aunque gran parte de los asteroides que pasan cerca de la Tierra se desintegran en la atmósfera, existen otros que, en caso de impacto, podrían generar consecuencias catastróficas globales: desde incendios masivos y tsunamis hasta alteraciones en la radiación solar o lluvias ácidas.
La NASA advierte que, ante un impacto de gran magnitud, serían necesarios al menos 10 años de preparación para reducir riesgos y enfrentar sus efectos.


