Dubovik Gelato: la escuela de heladería artesanal que triunfa desde Chile hacia toda Latinoamérica
Con clases presenciales y online, este proyecto chileno ya ha cruzado fronteras al formar a futuros maestros heladeros.
Dos amigos heladeros crearon una escuela para formar a nuevos expertos del rubro. François Poizet conoció a Vladimir Dubovik, un joven ruso criado en Italia y que inició su carrera culinaria como repostero, y a Ignacio Alexander, un chileno —oriundo de Quillota—, dedicado al mundo de la heladería y del e-commerce. Juntos dieron vida a Dubovik Gelato, una tienda de helados artesanales que no solo ofrece sabores únicos, sino también cursos de formación profesional para quienes sueñan con convertirse en maestros heladeros.
En el nuevo episodio de La aventura de emprender, el ingeniero y conductor del programa de 13C, François Pouzet llegó hasta la comuna de Providencia para conocer a dos amigos que no solo comparten su pasión por el helado, sino que también enseñan a otros cómo crear este delicioso postre.
Conoce Dubovik Gelato: la escuela que forma a los heladeros artesanales en Chile
El proyecto comenzó hace dos años como una simple heladería, pero pronto tomó un nuevo rumbo. Vladimir empezó a subir videos a sus redes sociales mostrando el proceso detrás de sus recetas, lo que despertó gran interés en el público. Fue así como junto a Ignacio decidieron fundar la escuela Dubovik Gelato, donde hoy forman a heladeros y heladeras de todo Chile y otros países de Latinoamérica, sea con clases en su recinto en Providencia, como en cursos a los que se puede acceder en formato online.
En sus cursos enseñan desde el origen del helado hasta las diferencias entre uno industrial y uno verdaderamente artesanal. Además, invitan a los alumnos a innovar con nuevos sabores y técnicas, abriendo un mundo de posibilidades en este producto clásico del verano.
Entre sus creaciones más populares se encuentran los helados de pistacho, versiones sin azúcar, veganos e incluso versiones con ingredientes salados. De esta forma demuestran que el helado también puede ser una experiencia gourmet.

