La Madrastra: El incidente que detuvo la grabación del mayor fenómeno de las teleseries chilenas en los 80'

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A principios de 1981, la teleserie La Madrastra irrumpió en la televisión chilena con una intensidad pocas veces vista. El drama de Marcia San Lucas —una mujer condenada injustamente por un crimen cometido en Los Ángeles y que al salir de prisión busca recuperar a sus hijos, ahora sin saber que es su madre—, se convirtió en un fenómeno sin precedentes. 

Pero mientras la historia avanzaba en la pantalla, fuera de cámaras se vivía un suspenso aún mayor, ya que un grave incidente casi paraliza por completo las grabaciones de la historia protagonizada por Yael Unger y Walter Kliche.

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La teleserie La Madrastra
La teleserie La Madrastra

El incendio que marcó la producción de La Madrastra

Cuando la ficción ya llevaba tres meses al aire, un incendio consumió el Estudio 26 del 13, donde se grababan las escenas de la teleserie.

“Fue una tragedia griega”, aseguró hace unos años el director Óscar Rodríguez, quien junto a parte del elenco quedó completamente desolado. El fuego destruyó parte importante del material grabado y dejó en pausa el futuro de la producción. “Yo me acuerdo de haber llorado abrazado con Teógenes Carrasco, el tramoyista jefe”, confesó Rodríguez.

Pero fue ese mismo Carrasco quien le prometió a Óscar que en dos semanas el estudio estaría nuevamente operativo y cumplió. En menos de 15 días, el equipo volvió al rodaje de La Madrastra con la presión del país entero encima, que semana a semana seguía obsesionado con la gran incógnita: ¿quién mató a Patricia?

La historia escrita por Arturo Moya Grau no solo giraba en torno a una madre buscando justicia, sino que además proponía un enigma policial que cautivó a millones. La tensión fue tal que se grabaron cinco finales distintos en total secreto, y ni los mismos actores sabían si sus personajes eran culpables o inocentes. 

Gloria Münchmeyer, la actriz detrás de la villana Estrella Sáez, cuenta que cuando se enteró que ella era la asesina, no pudo dormir. “Me escondí, sentía que me podían linchar en la calle”, confiesa.

El incendio pudo haber terminado con todo, pero la historia continuó, convirtiéndose en la primera teleserie chilena en alcanzar índices de sintonía jamás vistos en la televisión de la época.

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