Corrupción en Gendarmería: Así operaban las nueve bandas que convirtieron las cárceles en un millonario negocio
Según la investigación del Ministerio Público, las organizaciones criminales recaudaron más de $200 millones mediante el ingreso de artículos prohibidos y servicios irregulares en los penales chilenos.
Una investigación de la Fiscalía desarticuló un complejo engranaje de corrupción al interior de Gendarmería, tras identificar a nueve bandas que operaban de forma coordinada dentro y fuera de los recintos penitenciarios.
Con roles rígidamente establecidos —líderes, "manilleros" (encargados de la logística exterior) y funcionarios de Gendarmería—, estas bandas lograron burlar la seguridad institucional para internar drogas, celulares e incluso personas, según detalló La Tercera.
La red de corrupción en Gendarmería: Así funcionaban las nueve bandas
Los Colombia
La investigación del Ministerio Público reveló que la organización con mayor poder económico era la denominada "Los Colombia".
La banda, liderada por Jorge Herrera, Blanca González Olete y por otros familiares o cercanos a ellos. La organización fue la que más dinero recaudó -según la investigación- alcanzando los $216.876.193.
El grupo operaba masivamente en Santiago Uno mediante el enrolamiento de visitas falsas, por ejemplo, Blanca González llegó a registrar 157 internos. En esta organización había seis "manilleros" y 11 gendarmes.
La Dora
Liderada por Dora Jiménez Murillo, esta banda se especializaba en la Cárcel de Mujeres de San Joaquín. Con la ayuda de dos funcionarios de Gendarmería y dos "manilleras" que se hacían pasar por visitas, la líder fijaba precios y gestionaba la distribución interna. Lograron recaudar $76.935.748.
La Boliviana
En una escala similar de ingresos se situaba "La Boliviana", bajo el mando de Carmen Gloria Flores Arroyo, la cual obtuvo $198.819.971.
Según la indagatoria, esta banda no trabajaba de forma aislada, sino que mantenía una estrecha coordinación con la agrupación conocida como "Las Chilenas".
Las Chilenas
La banda destacaba por una fuerte infiltración institucional, ya que estaba compuesta en su mayoría por ocho gendarmes, comandada por María José Carreño y Daniela Jiménez. Su táctica era el enrolamiento masivo: la líder figuraba como visita de 86 internos diferentes para justificar sus ingresos al penal.
Las Chilenas facilitaban el ingreso de productos en un domicilio cercano a Santiago Uno y en el mismo penal, logrando recaudar $57.461.930.
Las Maribel
Banda dirigida por Maribel Lara, y compuesta mayoritariamente por funcionarios públicos (de ocho miembros, seis pertenecían a Gendarmería), también se vinculó a la internación de mujeres al recinto, acumulando $51.526.390.
Héctor Pérez
La organización, dirigida por Héctor Pérez Bedregal, estaba integrada por seis personas, entre ellos un "manillero" y cuatro funcionarios de Gendarmería. La banda ingresaba objetos ilícitos a Santiago Uno, logrando obtener $36.000.139.
Luis Salamanca
La organización liderada por Luis Humberto Salamanca Ferreira se especializó en el ingreso de productos ilícitos mediante la colaboración directa de dos funcionarios identificados como Richard Medel Alvear y Fernando Morales Retamal, logrando acumular ganancias por $12.420.740.
Luis Olivos
Banda encabezada por Luis Andrés Olivos Inostroza. Esta tríada, que completaban Aaron Hernández Martínez y Humberto Sandoval León, operaba bajo una estructura de comunicación directa que les permitió gestionar dividendos por $17.637.740.
Con estas piezas, el Ministerio Público dio por acreditada una red criminal que, pese a sus diferencias de tamaño, compartía el objetivo de perforar la seguridad penitenciaria para convertirla en un negocio millonario.








