¿Por qué no puedes esperar una relación sana con un hombre narcisista?
Por Virginia Oms, PhD. Psicóloga clínica, especialista en autoestima y relaciones de pareja.
Instagram: @dra.psicosalud
“Por qué no supe esto antes, llevo años con una pareja con estos rasgos, y ahora todo me hace sentido”. Son frases que se repiten constantemente entre mis pacientes en las sesiones de psicoterapia, por lo que me resulta importante poder informar al respecto, para que las mujeres puedan reconocer rasgos propios de estas estructuras de la personalidad y de esta manera conozcan las consecuencias de relacionarse con personas con severos rasgos narcisistas, debido a los riesgos psicológicos y hasta físicos a los que se pueden ver expuestas.
En primer lugar, es fundamental señalar que el estilo narcisista de la personalidad no es solo un tipo de persona. Es un espectro, que va del “sano” o inofensivo, al gravemente comprometido y dañino en las relaciones. En el polo sano de este espectro, tenemos personas bastante autorreferentes, infantiles y poco empáticas, pero no existe en ellas un desprecio por los demás ni una sensación de superioridad moral, jerárquica y social.
Cuando nos acercamos al polo más patológico, en palabras sencillas, se trata de personas que tienen serias carencias de herramientas para manejar bien sus emociones porque no obtuvieron una contención sensible ante sus necesidades emocionales en su infancia, como para saber lidiar asertivamente con ellas.
Esto puede generar graves efectos en su entorno, específicamente en sus parejas. Por ejemplo, algunas frases frecuentes en mis pacientes para describirlos son: “si se enoja, me castiga dejando de hablar durante horas o incluso días”, o “cada vez que discutimos me termina echando la culpa de todo”, o “nunca pide perdón, discutimos por horas y me despliega un discurso todo armado que me deja sin argumento y me invalida”, “me critica constantemente y siempre cree que el problema soy yo”.
Existen distintos niveles de gravedad en el narcisismo. Cuando hablamos del nivel grave del espectro, nos encontramos con estructuras que son incapaces de amar sanamente, asimismo estas personas pueden usar tácticas de manipulación como el gaslighting o luz de gas.
Esta es una estrategia abusiva que consiste en hacer dudar a la víctima sobre su propia salud mental, generando en su pareja cuestionamientos tales como: “¿estaré loca?”, “todo es mi culpa, lo arruiné otra vez”, “no sé por qué soy así”, "¿será que tengo que ir al neurólogo o al psiquiatra porque no me acuerdo bien las cosas?”, “¿estaré distorsionando la realidad?”. Es impactante cómo esta técnica afecta su autoestima, amor propio y bienestar emocional.