Especialista aborda algunos de los mitos más comunes en torno a la lactancia

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Existen muchos mitos y creencias detrás del acto de amamantar a los recién nacidos, uno de los puntos de discusión más relevantes en torno a la maternidad. 

El Dr. Jorge Casaña Mohedo, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia se ha referido algunos de los aspectos que suelen generar dudas en relación a esta temática.

¿Qué tan preocupante es no producir leche?

Es un temor recurrente en las madres pensar que su pecho no está produciendo leche suficiente para su bebé. Aunque sí se pueden presentar estos casos, son muy raros.

El docente explica que “algunas situaciones que detonan la baja producción de leche pueden ser la hipoplasia mamaria, es decir un escaso desarrollo de la glándula mamaria, alimentarios durante la pubertad que producen amenorreas sostenidas, hemorragia grave durante el parto, posparto o en etapas anteriores de la vida (Síndrome de Shehann)”.

No obstante, no hay razón para que sean un signo de alarma tan grande, pues existen tratamientos eficaces que contribuyen a mejorar estos escenarios.

Cabe resaltar que bajo ninguna circunstancia el tamaño de los pechos está directamente relacionado con la producción de leche. “Casi todas las madres son capaces de producir la cantidad adecuada de leche para sus bebés”, anota el experto.

Trucos caseros para producir más leche

Cuando se tiene el temor de que la leche que produce una madre no es suficiente, salen a la luz muchos trucos caseros para ayudar en este problema. Para esto, el docente de la Universidad Internacional de Valencia es claro:

“La producción de leche materna está determinada por la capacidad del bebé para agarrarse al pecho y extraer leche en cada toma, así como la frecuencia con que se amamanta. Por lo tanto, no hay ningún remedio mágico para conseguir aumentar la producción de leche materna”.

En términos coloquiales, como lo explica Jorge Casaña, “el pecho funciona al contrario de un banco, cuantas más sacas, más tienes”.

Dentro de los alimentos que muchos señalan como estimulantes de la producción de leche están la canela, la horchata, la avena, los frutos secos y algunas hierbas, pero es importante anotar que no existe evidencia científica que respalde las propiedades de estos alimentos.

Sí se sabe, en cambio, que hay fármacos que contribuyen al aumento de la producción de leche. “Existen productos como el primperan, el dogmatil o el motilium, que producen el aumento de prolactina”, añade el Dr. Jorge Casaña. “Esto implicaría un aumento de leche, pero para ello debería haber succión por parte del bebé”.

Leches en polvo o de tarro, ¿Qué tan buenas son?

No siempre es claro el papel que cumplen las leches en polvo, o suplementos de tarro, que a veces se perciben como reemplazos de la leche materna. Al preguntarle al experto, este hace énfasis en que estas leches artificiales son solo un suplemento y no tienen ventajas sobre la leche natural.

La leche de la madre se adapta a las necesidades del bebé, mientras que la artificial siempre va a ser la misma. Es decir, la leche materna tiene una composición que varía en el transcurso de la toma, siendo al principio más rica en agua e hidratos de carbono mientras que la parte final de la toma es rica en grasa”.

Estos mismos componentes se modifican a su vez durante el día, y llegada la noche aumentan su contenido en triptófano y melatonina, que son sustancias que ayudan al bebé a conciliar el sueño.

“La leche materna es un alimento tan sumamente inteligente que en el caso de que el bebé enferme, este transferirá microorganismos de su boca al seno, estimulando así una respuesta inmune en la madre que, cambiará la composición de su leche, ayudándole a recuperarse antes”, añade el docente de la universidad.

Por lo tanto, la leche materna tiene una cronología cambiante que no posee la leche de fórmula, que contiene siempre la misma cantidad de proteínas, grasa, carbohidratos, agua, vitaminas, sales minerales.