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¿Por qué los chilenos se saltan la fila? Expertos analizan individualismo, "pillería" y ausencia de sanción

Por: Vania Ramos
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Saltarse la fila en Chile no es solo un gesto cotidiano: revela tensiones más profundas de la sociedad. En un nuevo episodio de Hablemos de Chile, expertos analizan qué hay detrás de esta práctica tan común.

¿Por qué los chilenos nos 'saltamos la fila'? Saltarse la fila puede parecer un gesto inofensivo, incluso un chiste, pero refleja tensiones más profundas: individualismo y los desafíos de construir convivencia. En un nuevo episodio de "Hablemos de Chile", la periodista Lucía López exploró, con expertos en la materia, qué significa realmente “saltarse la fila” en nuestra sociedad.

En el programa, la conductora del espacio de Media UC y 13C, compartió ideas con los expertos Pablo Ortúzar, investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES); Mauro Basaure, académico de Sociología de la Universidad Andrés Bello y María Cecilia Sánchez, académica de Literatura de la Universidad de Chile.

¿Por qué en Chile nos saltamos la fila? Expertos analizan el trasfondo social de la pillería

Hablemos de Chile. Créditos: Media UC.
Hablemos de Chile. Créditos: Media UC.

Los puntos centrales que definieron este episodio tienen que ver con que el “saltarse la fila”, o ser “pillo”, está ligado a una indiferencia hacia las normas sociales y a un marcado individualismo, donde las personas se priorizan por sobre el resto. Esto se relaciona con la idea de que la libertad individual puede socavar las bases de la convivencia.

En ese aspecto, el académico Pablo Ortúzar señaló los estudios que realizó sobre Emanuelle Baroset con respecto a las ventajas en la búsqueda de trabajo, por ejemplo, que en Chile se conocen como "pitutos". "Básicamente en una sociedad depende mucho más de sus conexiones, donde las estructuras sociales tienden a ser rígidas, donde hay la falta de oportunidades… En el fondo, para sostener el estatus o para tratar de moverse hacia un estatus diferente, va a ser más generalizada en sociedades donde efectivamente hay vías más formales para lograr esos objetivos", dijo el investigador. 

"Para traducirlo de alguna forma, pero en sociedades que son tremendamente desiguales y donde la posición social o bien se sostiene por todos los medios posibles, o bien uno trata de salir de ahí por todos los medios posibles. Entonces, en ese sentido, hay un elemento más inmoral en los vínculos interpersonales", declaró el especialista y agregó que en la sociedad hay un incentivo para buscar vías no institucionales para lograr los objetivos. "Si es que los caminos, digamos, formales o institucionales, están casi todos cerrados o ponen cargas demasiado onerosas sobre los individuos para lograr esos objetivos", añadió. 

Personas en una fila. Crédito: 13C
Personas en una fila. Crédito: 13C

Además, la académica María Cecilia Sánchez señaló que le ha llamado la atención cuando la pillería llega en el momento de no pagar pasajes de transporte público o saltarse del puesto en la fila. "La pregunta que yo me he hecho es si esto es simplemente indolencia o si no hay algo más de base. Y mi respuesta por el momento es que hay un problema con lo común, cuando dañamos el metro, que es lo público, entonces vemos que la gente no se siente involucrada en eso común", dijo la experta.

También, agregó que hay "un déficit de espacio público y de entender lo que es el espacio público, un lugar donde tú ves a otros y otros te ven, pero la gente siente que no los ven o que es un asunto puramente de su subjetividad como individuo cerrado. Por lo tanto, hay un individualismo extremo, a mi juicio, que se olvida de lo común, que no siente ningún vínculo o interrelación con los demás y, por lo tanto, puede actuar de manera completamente descarada. Pero más que descaro, yo diría que es soledad", declaró Sánchez.

En el análisis sobre lo público y la ausencia de sanción, el sociólogo Mauro Basaure advirtió que este déficit en la comprensión de los espacios comunes y lo público, se debe a la falta de fiscalización y la sensación de impunidad. De esta forma, muchas personas actúan bajo la convicción de que no serán descubiertos ni sancionados, ya sea por la autoridad o por la presión social.  

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