Álvaro Ballero no puede contener el llanto al revelar cómo será su Navidad tras separación de Ludmila Ksenofontova
Tras confirmar el fin de su matrimonio con Ludmila Ksenofontova, el ex chico reality se sinceró sobre el doloroso proceso de terapia que atraviesa y la incertidumbre de enfrentar las fiestas de fin de año.
Tras 17 años de relación, el quiebre matrimonial entre Álvaro Ballero y Ludmila Ksenofontova sigue siendo una herida abierta para el ex chico reality.
Desde el anuncio de su separación en septiembre pasado, Ballero ha enfrentado un duro proceso emocional que lo llevó a buscar ayuda profesional.
Durante una íntima entrevista en el programa Primer Plano, Ballero se sinceró sobre el complejo proceso de separación que atraviesa. “Lloraba como cabro chico, como cuando tenía 15”, relató.
En una reciente reflexión, el comunicador reconoció que hoy su único norte es alcanzar la paz familiar, enfocándose en ser una mejor persona tanto para sus hijos como para su exesposa, a pesar de lo difícil que resulta el proceso tras el término.
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Los motivos del quiebre matrimonial entre Álvaro Ballero y Ludmila Ksenofontova
En el programa, Álvaro Ballero abordó los motivos de su quiebre. En la instancia, no eludió responsabilidades y apuntó a la falta de comunicación, los celos y una crisis económica que se agudizó tras su salida de la televisión hace tres años, como los principales detonantes.
Según su relato, el desajuste entre los gastos familiares y los ingresos reales generó una presión insostenible que terminó por fracturar la convivencia.
Ante la cercanía de las fiestas de fin de año, el ganador de Protagonistas de la Fama, confesó la angustia que le genera la distancia con su familia.
La incertidumbre de Ballero ante la distancia de sus hijos y las fiestas de fin de año
Ballero reveló que, aunque mantiene un contacto constante con sus hijos —quienes se encuentran de vacaciones en Algarrobo junto a su madre—, la incertidumbre sobre las celebraciones lo mantiene en alerta.
"Si Dios quiere vamos a pasar la Navidad juntos, y el Año Nuevo cada uno por su lado", explicó Ballero, aclarando que, a pesar de sus deseos, no ha intentado una reconciliación forzada con Ludmila por considerarlo "fuera de lugar" en este momento de sus vidas.
Sin embargo, la mayor carga emocional surge al proyectar el inicio del próximo año. "Me desespera saber que en Año Nuevo probablemente no los voy a abrazar (a mis hijos)", sinceró afectado.
En un acto de profunda autocrítica, el exrostro televisivo admitió que hoy sufre por la ausencia de gestos que él mismo descuidó en el pasado: "Son cosas que las hacía igual cuando estaba casado, así de frío era. Hoy me pesa lo que yo mismo construí, eso es lo que me duele".
