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Recomendaciones que te pueden ayudar a construir una relación sana

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Por Paula Hormazábal, psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género. 

La creación de vínculos estables influye directamente en la salud mental de las personas.

Cuando hablamos de relaciones personales sanas, es muy importante que comencemos por nosotras mismas a través del autocuidado. También es aconsejable que revisemos la forma en la que expresamos nuestros sentimientos, lo que estamos dando y recibiendo en nuestros vínculos. ¿Por qué? Este equilibrio es clave para nuestra estabilidad emocional, ya que las relaciones humanas se deben basar en el amor, respeto y confianza mutua.

Asimismo debemos pedir ayuda cuando sintamos que sea necesario, ya que hacerlo representa un acto de humildad, valentía y de confianza en el otro, que a su vez nos conecta con nuestra vulnerabilidad.

Mientras que no debemos traspasar por ningún motivo nuestros límites personales, ya que el ir naturalizando comportamientos tóxicos en las relaciones daña nuestra salud mental, tiene un impacto en nuestra autoestima, y en los casos más extremos pone en riesgo nuestra integridad física.

Recomendaciones

Para lograr que nuestras relaciones estén armonizadas, un buen ejercicio es darse el tiempo para conversar, esto implica escuchar atentamente al otro y recibir la información que nos entrega para nutrir el intercambio. De esta manera surgirán las emociones y nos permitirá pedir ayuda si lo sentimos necesario.

Esto supone tener en cuenta los pilares que sostienen el amor en una relación: La comunicación abierta/reflexiva, mantener los compromisos que se adquieren en el desarrollo del vínculo, estimular los espacios para compartir los puntos que los mantienen unidos, reforzar la confianza y la lealtad. Estos puntos son claves para poder llevar adelante una relación constructiva.

Ahora las invito a revisar algunos puntos que nos pueden ayudar a mejorar o construir relaciones sanas:

Saber reconocer nuestros errores y pedir disculpas si nos hemos equivocado: Esto significa atender al otro en lo que nos manifiesta, ser humildes y aprender de lo que está pasando, hacernos cargo del impacto de nuestra presencia en la relación.

Sacar la expectativa y la idealización del otro: No hay nada más irreal que la expectativa y la idealización. Esto surge del ego, es lo que yo quiero que sea, por tanto, comprender que nadie puede cumplirlo, nos dará la posibilidad de que el otro nos muestre todo su potencial y desde ahí construir una realidad auténtica y sana.

Cumplir con lo que nos comprometemos: No hay nada más doloroso que una promesa rota, en este punto, la responsabilidad afectiva juega un rol fundamental. La recomendación es nuevamente conocernos a nosotras mismas y también al otro, para poder establecer una relación auténtica que nos permita generar compromisos reales y cumplirlos.

Establecer límites y no traspasar los propios: Nuevamente en este punto surge la necesidad del autoconocimiento para saber cuánto estamos dispuestas a ceder. Los límites sanos son aquellos que establecemos con el objetivo de resguardar nuestra estabilidad mental, emocional y física. Por tanto ser conscientes de ellos, nos ayuda a vivir en equilibrio, así como también a crear y mantener relaciones sanas.

Las relaciones constructivas nos permiten transitar un camino junto a otro con respeto, amor y responsabilidad afectiva.

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