No siempre fue acostada: los beneficios del parto vertical

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Para una embarazada, tomar la decisión de cómo desea realizar el parto no es tarea fácil. Ahora hay más de una opción que elegir: parto en el agua, en un centro hospitalario, natural, cesárea, etc.

Y hay otra opción que cada vez  toman más las futuras madres: el parto vertical. 

Este consiste en el parto en posición vertical, que puede ser parada, sentada, semisentada, en cuclillas o de rodillas. En este tipo de procedimiento, el torso de la mujer y la pelvis se mantienen en un ángulo de 45º a 90º en relación al plano horizontal.

De partos verticales a horizontales

Según el Departamento de Obstetricia y Ginecología de Perú, en los registros históricos hay constancia de que el parto no siempre incluía que la mujer se mantuviera acostada. En el arte, es posible ver cómo las mujeres optaban en por hacerlo en posición vertical.

Sin embargo, distintos factores influyeron en que luego las embarazadas tuvieran a sus hijos acostadas. Entre éstos se cuenta la historia de Luis XIV, Rey Francia en el siglo XVII, quien dio la orden de que sus amantes parieran acostadas para presenciar cómo nacían sus hijos.

Asimismo, los procedimientos médicos, como el fórceps de Mauriceau, dieron lugar a que parir acostada se convirtiera en un método más cómodo para los doctores. 

Incluso se dice que las mujeres de la nobleza, al ser muchas muy obesas, preferían hacerlo acostadas al resultarles difícil mantenerse en sus rodillas o paradas.

Beneficios 

Se han descrito beneficios tanto mentales como físicos del parto vertical. Un artículo de la Universidad Nacional de Colombia indica entre éstos:

Pero también el artículo señala desventajas, como más sangrado o la dificultad para mantener la posición. Por eso, tanto el parto vertical como el horizontal son opciones que cada madre debe analizar para elegir la más adecuada para ella.

 

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