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Pablo "Canaliza" enfrenta la fama de hablar con los muertos: ha asesorado "a gente que tiene 40 millones de seguidores en redes"

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En entrevista con Alfombra Roja, el vidente panelista de "Hay que decirlo", reveló partes desconocidas de su historia, los consejos que le da a la gente para superar un luto y cómo enfrenta esta nueva faceta de "famoso".

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En el mundo de la televisión chilena hay personajes que llaman profundamente la atención y cada cierto tiempo nos dan mucha curiosidad. Tal es el caso de Pablo Miranda, 46 años, más conocido como “Pablo Canaliza” y que hoy integra el programa Hay que decirlo, donde es furor porque "habla con los muertos".

Frente a las cámaras ha recibido mensajes de familiares fallecidos de personajes como Pamela Díaz o Paulina Nin de Cardona. También conversa con la gente que llama al programa para poder comunicarse con sus seres queridos que ya partieron.

Pablo se ha transformado en todo un fenómeno y Alfombra Roja quiso conocerlo más allá de su rol de "canalizador" y saber de dónde viene y a dónde va el hombre que ha impactado a buena parte de la audiencia con sus dones paranormales.

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El mensaje de Pablo "Canaliza": "No los vemos, pero están"

Miranda asegura que nació con el don de escuchar a los muertos y lo empezó a manejar “de a poco”, porque desde que tiene memoria escucha personas que le quieren hablar desde "otra dimensión”. Si bien nosotros los llamamos muertos, para él siguen siendo vivos, solo que "no los vemos".

“De a poco me voy dando cuenta de las historias que estoy escuchando, cuando me acerco a ti, son distintas a las voces que tengo con el señor que está sentado más allá o la niña que está escribiendo acá”, comentó mientras se acomodaba para explicarnos que cada individuo que tiene a su lado andaría con fallecidos que le quieren hablar, proteger o simplemente hacer llegar un mensaje.

El también arquitecto está casado y tiene hijos, pero prefiere no revelar nombres o detalles de su vida personal, porque su familia también recibe solicitudes de miles de personas que quieren llegar al "canalizador". Él mismo cuenta que cuando anda en la calle, el Metro o en la peluquería, la gente comienza a juntarse de manera espontánea al rededor para poder hablar con sus seres queridos que ya partieron.

En medio de todas esas voces de “adultos, abuelos, hombres, mujeres y niños” que quieren comunicarse, Alfombra Roja dialogó con Pablo para abrir su corazón y contar su historia.

Pablo nació en Caracas, Venezuela, su padre chileno y madre italiana, consiguieron trabajo en la capital "llanera". La familia, sin embargo, regresó al país por el año 1982, cuando Pablo tenía cinco años, fecha en que escuchó o recuerda haber hablado con la primera voz que llegó a su vida desde el más allá: su abuelo.

“Yo hablaba mucho con mi abuelo y quería ir a verlo al cementerio, pero mis papás me decían que los niños no iban al cementerio (…) yo decía, ¿por qué no puedo ir? ¿Por qué no? Y ahí se desencadena una parte B, en la cual yo me desdoblaba técnicamente del cuerpo…”, comentó el canalizador.

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“Imagina que yo estaba en en kínder, en la sala del colegio, y aparecía en el cementerio general, y la gente de ahí me veía. Esto comenzó a generar mucho conflicto porque todos pensaban que era parte de una familia, que me llevaba para allá, o alguna tía del kínder”, relató Pablo.

“Para mi mamá era todo muy raro, porque pensaba 'Pablo, de lunes a viernes está en un colegio en Ñuñoa, en el San Gaspar, y en el mismo horario apareces en el Cementerio General, en el patio italiano, en Recoleta. No puede ser que a la misma hora un colegio saque a un niño de kínder, solo uno, y lo lleve allá”, recordó sobre sus primeras experiencias paranormales.

- Es bien preocupante lo que relatas y debió asustar mucho a tus padres...

- Claro, muy raro, decían que yo me quedaba dormido en la sala de clases y de alguna manera paralela aparecía todos los días al mediodía en el cementerio y empezaba a jugar con todos los que habían ahí. Un día mi papá me preguntó que qué pasaba y le digo que fui a ver a mi abuelo, ya que ustedes no me dejaron ir. Entonces él me responde diciendo ‘perfecto, vamos de nuevo, pero ahora vas con nosotros, ya que no sabes leer’.

- ¿Y qué pasó ahí?

- Mis papás quedaron para adentro cuando les dije ‘ácá está la cueva de mi abuelo’, que es un mausoleo grande. Mi mamá se puso a llorar y finalmente todos quedaron con la convicción de que yo efectivamente hablaba con los muertos. Pero me prohibieron comentar el tema con los demás. Me decían: ‘¡Pablo, no hagas llorar a las personas’.

- Entonces ¿cómo fue tu adolescencia?, ¿muy solitaria?

- Me quedé callado, o sea, igual lo hacía, pero muy en silencio y no quería que nadie supiera. Era más solitario, muy analítico, muy observador. Esto cambió recién ahora… hace muy poco.

En el mundo de "Los otros"

Con todo lo que ha vivido y experimentado con este particular don de videncia, “Pablo Canaliza” dice creer en Dios, pero no está seguro de si nos reencarnamos. Cree que eso que llamamos "Cielo" puede existir, pero no necesariamente como lo pensamos, más bien siente que podría parecerse a la propuesta de la película "Los Otros" (2001), protagonizada por Nicole Kidman, que cuenta una historia donde los muertos seguían viviendo en la misma casa, solo que estaban en otra dimensión.

El arquitecto, que posee dos magíster en Historia y Crítica de Arte -uno en Chile y otro en Italia-, también hizo clases de Historia del Arte durante 14 años y trabajó en la Radio Pudahuel, donde comenzó a mostrar su habilidad paranormal.

“La radio llegó a mí por una invitación de la Daniela Aguilera, hija de Don Pablo, ícono radial… Ella llegó a mí a través de unos amigos en común a pedirme ayuda por un tema personal, luego me dijo: ‘Oye, necesito entrevistarte en la radio, serán como diez minutos, no creo que sea más que eso’”, comentó, aunque claramente el tema se alargó mucho más de lo esperado, porque las mismas radioescuchas lo siguieron pidiendo.

“Después participaba dos veces a la semana, lunes y miércoles. Esto fue hace dos años y medio, cuando salí del anonimato, luego me vieron del Canal 13, pero de ahí para atrás me encantaba ser anónimo”, aseguró.

- ¿Te sientes abrumado ahora? Porque además de que se te acerca la gente, también tienes a los muertos que te hablan a toda hora ¿cómo lo haces para descansar?

- Les pido que durante tres horas al día se queden en silencio, los muteo (...) duermo de 1 de la noche a 3 de la mañana o 2 de la mañana, ellos no… Uno los fue a enterrar (a los muertos), pero uno enterró al cuerpo, no los enterró a ellos.

- ¿Y solo los escuchas o también los ves? ¿ves otras entidades como demonios o ángeles?

- He visto a muy pocas personas, las otras entidades les digo poderes, pero tampoco he visto, no he visto animales, no los canalizo, energías menores se llaman.

- ¿Transmites todo lo que te cuentan los muertos o hay veces que te autocensuras?

- Hay cosas que filtro (…) a veces trato de ser más cuidadoso en la forma, porque hay cosas que son más sensibles para la gente, algunos incluso son garabateros y ahí trato de "editarlos" un poco.

- O sea, en definitiva son personas, no es que se conviertan en "santos" cuando pasan para el otro lado…

- Claro que sí, eso es lo más loco y la gente me busca para que les transmita todo, pero también les digo primero soy papá, después soy marido, luego soy hijo, soy hermano. Tengo mil cosas también debo seguir haciendo de manera paralela. No me da el tiempo para estar 15 minutos con cada persona todos los días, los 365 días del año...

- ¿Te sientes más estresado ahora con esta fama, un poquito o no?

- Estrés no, pero ahora me genera como angustia. El otro día fui a la peluquería, a la que voy siempre. Está en un lugar muy público y llegué sin hora previa agendada. Soy el tipo más normal que hay. Me hicieron esperar y cuando estaba en eso comenzó a llegar gente.

- ¿Se empezó a juntar mucha gente?

- Sí, y me da vergüenza, aunque siempre les respondo un par de preguntas a los que pueda, porque a veces llega gente muy emocional, se me tiran encima, me abrazan de repente, me dicen gracias y cuentan sus historias, pero yo feliz si puedo ayudar. De repente me siento en el Metro y la gente me empieza a mirar, a veces se sientan al lado y me preguntan si puedo hablar con ellos, me voy conversando todo el camino.

- ¿Tú te lo estás tomando así como lo más natural posible?

- Así tiene que ser. Acá no hay el humo de Carlos Pinto, no hay máscaras, no hay gatos, no hay nada de eso.

- Y aquí en Canal 13, aparte de las personas que andamos, ¿puedes escuchar otra gente que te hable por estos lados?

- Sí, pero no sé quiénes son, no los conozco, no sé de dónde vienen. No sé a quién quieren hablar puntualmente. O sea, escucho a tus espíritus, los escucho porque estas al lado mío.

- ¿Hay fallecidos de mi familia acá? ¿quiénes?

- Tu abuela materna y tu mamá… A tu abuela no le agrada el aro que estás usando en la oreja…

Los problemas de la fama

Pablo canaliza de esa forma, así de rápido y así lo ha hecho con varios famosos de la tele, sobre todo en Hay que decirlo, el programa de Canal 13 animado por Pamela Díaz y Nacho Gutiérrez, donde ha emocionado a los panelistas y al público.

- De las canalizaciones que tú has hecho a los famosos, ¿cuál es la que más te ha emocionado?

- Me gustó la que hicimos con Paulina Nin, la sentí muy cercana, también la de Pepi Velasco, su papá era muy entretenido también. La Camila Arismendi fue emocionante, porque su pololo que había muerto de cáncer muy joven y le mandaba puro amor desde allá.

- Oye Pablo, ¿y has tenido solicitudes de personajes muy importante o muy famosos?, ¿Te ha llamado algún Presidente por ejemplo o artistas mundialmente famosos?

- La verdad que sí, muy conocidos, pero no puedo decir sus nombres, te puedo decir que algunos son personas con 40 millones de seguidores en redes sociales.

- En serio… pero ¿te vieron en la tele?

-No, algunos me vieron, pero la gente se empieza a dar el dato y luego me dicen ‘¡oye, este gallo lo quiere conocer!'. Me han llamado hasta de Shanghái, pero la diferencia de horario es más complicada porque son 13 horas más menos y ellos me dicen ‘danos tú el horario’.

- ¿Cómo imaginas tú o cómo te gustaría seguir esta carrera de canalizador o en los medios?

- Si vamos a hacer show por hacer circo, no tiene sentido que siga. Mi idea es de servicio a la gente. Ayudarlos a hacer sus duelos, no es el dinero ni la fama, ¿qué sentido tiene?, si fuera eso, mejor volver a la anonimato y seguir trabajando desde ahí.

- Volver al anonimato a estas alturas parece más difícil…

- Sí, pues está más difícil.

- ¿Qué consejo le daría a las personas que echan de menos a sus seres queridos?, ¿algún amuleto para la suerte?

- Uno debe trabajar para el éxito, la suerte pasa y el éxito queda, la suerte llega, el éxito se trabaja. Más que un amuleto, yo siempre digo, ¿cómo te va a hacer algo mal si del otro lado te has encomendado a toda la gente que tú querías? Ahora, si quieres andar con la imagen de alguien fallecido siempre en medio del teléfono, en la carcasa, pones un papelito con los nombres de todos los que han partido y tú sientes que a través de eso te proteges, está bien. Pero no estás obligado a ir al cementerio, no estás obligado a hacer ninguna cosa. Simplemente piensa en ¿qué dice tu memoria emotiva?, ¿qué dice tu afecto? Pídele a tus seres queridos que partieron, porque te escuchan, ellos ayudan...

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