Pablo Canaliza habla de cómo es vivir escuchando a los muertos: "Es una característica que tengo desde que nací"
El arquitecto de 43 años habló con 13cl de su "don" para comunicarse con seres queridos fallecidos. Pablo Canaliza aprovechó el espacio para pedir perdón por no poder ayudar a todos los que lo contactan.
Si hay un personaje que se ha robado las miradas en el panel de ¡Hay que decirlo! es Pablo Miranda, más conocido como "Pablo Canaliza". El arquitecto, de profesión, que se sumó en los últimos meses al programa de espectáculo tuvo una íntima conversación con 13cl.
Previo a esta entrevista, Miranda tuvo una llamativa interacción se dio en el patio del canal. Una mujer se acercó a él para preguntarle por su amiga, quien había fallecido, y él inmediatamente le consultó si se trataba de la persona que partió debido a un cáncer, la mujer quedó perpleja y visiblemente sorprendida respondió que sí.
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Ver a Pablo caminar por los patios del 13 es todo un evento, porque es mucha la gente que se agolpa para ser "canalizada" y Miranda se da el tiempo para escuchar y hablar con buena parte de ellos. En medio de esta verdadero ritual, 13cl habló con el arquitecto de profesión y nos adentramos en uno de los personajes que más impacto ha causado.
"Me llamo Pablo, soy hijo, esposo, papá, hermano, amigo, pero sobre todo tengo un tema y es que canalizo", comenzó diciendo el hombre ante la consulta de cómo se describe para quienes no lo conocen.
"Es una característica que tengo desde que nací. Es como cuando aprendes desde niño a andar en bicicleta no sé si hay mucha habilidad en eso, simplemente lo haces, acá es lo mismo. Esto fluye. Mis papás lo descubrieron en mí... me decían 'oye, ¿por qué esta información tú la sabes? Esto es privado'. Y yo le decía 'No, es que me soplan'", reveló el profesional de 43 años.
Este mismo "don" no se quedó solo en él, también lo tiene su hijo, sin embargo, han tratado de "sacarlo de la ecuación porque está sobreexpuesto", según admite Miranda. Muchos padres de sus compañeros han tratado de contactarlo a través del menor de 8 años y prefieren que no sea así.
"Yo siempre canalicé, pero en privado, solamente a los dos o tres de mi familia, nadie más. Me daba pudor que la gente supiera, mi mamá me dijo que hiciéramos una promesa de que nadie se enterara", confiesa el canalizador que hoy tiene agenda llena.
"Yo le pido perdón a la gente que de repente me escribe... Yo respondo todo lo que veo en Instagram, en todos lados. Pero a veces como que, pucha, no es por voluntad, sino porque no hay tiempo y no me gusta responder 'sí, no, bueno y ya'. Yo pongo textos más extendidos", relata el profesional.
La vida de Pablo Canaliza desde su salto a la fama
Consultado por la cantidad de gente que lo busca, Pablo detalló que pasa "en todos lados, a cada rato, yo feliz, mientras pueda. Voy al banco, hago la fila, voy al supermercado y la gente me dice, '¿Pero usted por qué está acá?' Es que esta es mi vida normal, les digo. Y me preguntan, '¿me puede decir algo?' Sí, pero tú vas a poner a llorar. Entonces, como no quiero que llores, sería bueno que te grabe el mensaje y tú después lo oyes. 'No, lo quiero oír ahora'. Y se ponen a llorar, a veces hasta trabajando…", relata el canalizador.
Desde su salto a la fama, Miranda asume que esto se transformó en un trabajo. Sin embargo, en el día a día se desempeña como arquitecto, espacio en el que sus compañeros no tienen idea de su otra faceta.
Todo comenzó cuando dejó de ser Voz en Off en Radio Pudahuel y mostraron su rostro públicamente. "La gente me empezó a escribir. Es loco, porque ahora estoy público en algo que siempre hice privado. En mi familia solo se manejaban con cartas, tarot, oráculos, esas cosas, pero canalizador, soy el primero".
Los casos que más han marcado a Pablo Canaliza son los que tiene relación con "niños, Derechos Humanos, torturas sociales, procesos de crisis, COVID", recuerda. Y con respecto a al TV, tiene muy presente la ocasión en que Paulina Nin se comunicó con su mamá y cuando ayudó a Pepi Velasco a hablar con sus padres.
"Hay gente que me dice ‘no creo en nada’. Y después de escuchar lo que hago dicen 'ahora sí, sí creo'", cerró el panelista del "¡Hay que decirlo!".
