"Yo no quería”: La historia de cómo Mario Argandoña llegó a protagonizar un famoso musical
En un nuevo capítulo de “El Cuarto de Música”, Mario Argandoña conversó con Cristián “Chico” Pérez sobre los inicios de su carrera y varias anécdotas de su trayectoria musical.
Y uno de los momentos que más llamó la atención del programa de 13Rec, fue cuando sorprendió con una historia desconocida: su inesperado rol como protagonista en la versión chilena del musical “Jesucristo Superestrella” en 1973.
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¿Cómo logró Mario Argandoña protagonizar la obra?
Todo comenzó como un proyecto entre amigos: “Llegaron dos de Inglaterra con un disco y dijeron ‘esta es la papa mía’. Escuchamos todo el disco y alguien dijo: ‘¿por qué no lo hacemos aquí como musical?’”, recordó el artista.
La iniciativa fue creciendo hasta convertirse en una gran producción, con más de 60 personas involucradas, y que terminó montándose nada menos que en el Teatro Municipal, acompañada por la Orquesta Sinfónica.
En ese entonces, Mario Argandoña era el baterista del montaje. Sin embargo, el destino le tenía preparada otra cosa. “Dos semanas antes del estreno, Jesús se voló un poco, se fue al Monte de los Olivos y no volvió más”, relató entre risas, haciendo alusión a la misteriosa desaparición del actor principal.
Al no encontrar un reemplazo, el equipo comenzó a hacer audiciones: “Todos cantaban una canción y decíamos ‘ya, gracias, deja tu número en el cenicero’”, contó. Fue entonces cuando alguien del grupo lo propuso: “Una de las niñas dijo: ‘oye, pero Mario, este canta en los ensayos’. Y yo no quería. Soy baterista, estoy contento, no quiero estar lejos de Jesús…”, aseguró.
Finalmente aceptó el desafío, a pesar de no saber de memoria los textos ni los movimientos en escena: “Ensayé una semana. Era más fácil encontrar un baterista que un nuevo Jesús”, comentó, revelando que lo reemplazó Pato Salazar, hermano de Juan Salazar, quien dirigía la orquesta.
La obra fue un éxito. Incluso la crítica especializada elogió el montaje. “La Yolanda Montesinos escribió un artículo diciendo que los profesionales del teatro deberían ir a ver a estos amateurs para que vean lo que es trabajar de verdad”, recordó orgulloso Mario Argandoña. Gracias a ese respaldo, comenzaron a llegar auspicios y el proyecto pudo financiarse.
Poco después del estreno, y en medio de este buen momento, dejó Chile para iniciar una nueva vida en España. “Ahí aprendí algo para toda la vida”, concluyó.

