Un día como hoy: cuando Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971
El 10 de diciembre de 1971, Pablo Neruda —el poeta chileno más universal— recibía en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura, uno de los hitos culturales más importantes en la historia de nuestro país.
A 54 años de ese instante, las imágenes y registros de la ceremonia siguen emocionando, especialmente por el orgullo y la emoción que transmitió Chile entero al verlo convertirse en parte del selecto grupo de escritores distinguidos por la Academia Sueca.
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Así fue el momento en el que Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura
La ceremonia comenzó con un emotivo discurso de bienvenida dirigido al autor de Residencia en la Tierra y Canto General. El presentador destacó el “sentir de la dignidad humana ofendida hacia quien portaba su voz”, subrayando cómo la obra del poeta había trascendido fronteras. “Bienvenido Neruda”, se escuchó en el recinto, mientras se invitaba al escritor a recibir, de manos del rey Gustavo VI Adolfo, la medalla y el diploma que lo consagraban como Nobel de Literatura.
La transmisión de Televisión Nacional de Chile capturó el momento exacto en que “uno de sus hijos pasa en este momento a la inmortalidad”, como dijo el relator, quien recalcó que junto al escritor marchaban simbólicamente “los estudiantes de Chile, las madres de Chile, los obreros de Chile”, y el espíritu de Gabriela Mistral, la primera Nobel latinoamericana y figura clave en la tradición poética nacional.
A esa altura, Pablo Neruda —cuyo verdadero nombre era Neftalí Reyes, nacido en Parral e hijo de un obrero ferroviario— ya era considerado una de las voces literarias más influyentes del siglo XX. La Academia Sueca lo reconoció por una obra “que con la acción de una fuerza elemental da vida a un destino y sueños colectivos”, destacando su capacidad de unir lo íntimo con lo político, lo cotidiano con lo universal.
En la ceremonia estuvieron presentes también la princesa Cristina, el príncipe heredero Carlos Gustavo, y otros miembros de la familia real sueca, quienes conversaron con el poeta y mostraron particular interés por la edición traducida de su discurso.
Las imágenes transmitidas desde Estocolmo captaron la mezcla de solemnidad y calidez del momento. “Chile está de fiesta, América está de fiesta, todos estamos de fiesta”, relataba la voz en off, mientras Pablo Neruda tomaba asiento entre “los cinco inmortales” premiados ese año.