La vez que Coco Legrand mostró su lado más íntimo en TV: Confesó cómo era cuando niño
Fue en 1999, que el programa “Ojo con los Niños” recibió a uno de los humoristas más queridos de nuestro país: Alejandro Javier González Legrand, más conocido como Coco Legrand.
En una conversación distendida con Maite Orsini, Agustín González y Matías Ponce, el comediante mostró una faceta distinta a la habitual, revelando no solo su visión sobre el humor, sino también aspectos íntimos de su vida y su manera de ver la existencia.
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El lado infantil de Coco Legrand
Desde el inicio, el comediante dejó claro que parte de su esencia era conservar la niñez en su interior: “Yo jamás he dejado de ser niño. Tal vez por eso soy un poco soñador, un poco loco”. Esa mirada lo llevó a conectar con sus hijos y con nuevas generaciones, siempre invitándolos a cultivar la imaginación y la curiosidad.
En el espacio, Coco Legrand también recordó su infancia, marcada por la timidez y la falta de confianza en sí mismo. Relató que, siendo pequeño, se sentía “flaco, apocado y con menos carne que un termómetro”.
Sin embargo, fue precisamente esa inseguridad la que lo empujó a encontrar en el humor una manera de defenderse y, al mismo tiempo, de soñar: “Yo dije: voy a atacar a través de la palabra, voy a hacer soñar a la gente”.
Su lado familiar
La conversación con los niños también permitió asomar su lado como padre y esposo. Habló con orgullo de sus tres hijos —Alejandro, Matías y María José— y de cómo en su hogar intentaban vivir con humor, aunque sin perder de vista que, como toda familia, también enfrentaban dificultades cotidianas.
“Nos tratamos con humor, pero no somos divertidos todo el día. Tenemos los mismos problemas que tiene toda la familia”, confesó en “Ojo con los niños” con honestidad.
Consultado sobre cómo combinaba su vida familiar con la carrera artística, explicó que el espectáculo era como una “clínica de urgencia”, que no admitía excusas ni pausas, incluso en momentos personales difíciles. Sin embargo, destacó que siempre intentaba programarse para estar presente en las fechas importantes de sus hijos.
Durante la entrevista, el comediante también fue enfático en su decisión de nunca dedicarse a la política. Para él, su verdadera vocación estaba en hacer reír y reflexionar desde los escenarios: “Yo soy un triste con vocación de alegre, y estoy muy feliz de lo que hago. ¿Para qué voy a cambiar mi forma de ser si cuando salgo al escenario me aplauden?”.

