El día que Venga Conmigo mostró el lado más humano del maestro Valentín Trujillo

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En 1995, el programa “Venga Conmigo” dedicó un entrañable segmento a uno de los artistas más queridos de la televisión chilena: Valentín Trujillo, el pianista, arreglista y director que ha acompañado con su talento y calidez a varias generaciones de televidentes. 

En aquella ocasión, el animador José Alfredo Fuentes pasó un día con el músico, logrando mostrar el lado más íntimo del maestro, revelando su historia, sus sacrificios y su inagotable amor por la música y la familia.

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Valentín Trujillo en Venga Conmigo, 1995
Valentín Trujillo en Venga Conmigo, 1995

La historia de Valentín Trujillo

Desde pequeño, su destino parecía estar escrito entre teclas. “Empecé como a los tres años y medio, me acuerdo, a tocar todos los estudios que tocaban mis hermanos mayores. A los nueve ya trabajaba, a los catorce tocaba en las radios y en 1959 entro a la televisión”, recordó el maestro, quien ha sido testigo y protagonista de la evolución musical y televisiva del país.

La vida de músico no fue sencilla, especialmente para su familia. Su hijo relató: “Cuando pequeño lo echamos de menos, trabajaba de noche, los fines de semana… ahora de adulto nos damos cuenta que fue un sacrificio que hizo por su familia”.

Entre risas, Valentín Trujillo también dejó ver su sentido del humor, confesando que nunca aprendió a conducir. “Esa es una fantástica mentirita, pero yo no manejaba nunca. La primera vez que me coloco frente a un manubrio”, dijo entre carcajadas.

Valentín Trujillo en Venga Conmigo, 1995
Valentín Trujillo en Venga Conmigo, 1995

Más allá de los escenarios, “Venga Conmigo” mostró a un hombre tierno y juguetón. “Siempre está diciendo ‘dile que la quiero y dile que es linda’. Es que el maestro tiene alma de niño”, contó su hija. Y él mismo admitió: “Me divierto mucho con el profesor Rosa, me hace vivir una niñez que tuve que interrumpir porque empecé a trabajar”.

Sobre su relación con el paso del tiempo, fue tan honesto como siempre: “Le tengo miedo a la vejez extrema, a la vejez dependiente… cuando uno ya no tiene la capacidad de crear”, confesó, aunque aclaró que a la muerte no le teme: “Lo tengo considerado”, dijo con serenidad. Incluso bromeó con su epitafio: “Muchas gracias por venir, los espero”.

El segmento cerró con palabras de cariño del “Pollo” Fuentes: “Gracias por todo lo que ha hecho usted en la televisión, en la radio, por los autores, por los consejos que da a tanta gente. Es un hombre tan bueno, tan de verdad”.

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