Alan Didier no aguantó más y se desahogó con Mario Ortega: está pasando por uno de sus peores momentos en el encierro
El joven de Temuco contó que necesita constantes estímulos para estar contento, y que estos ya no los está recibiendo adentro del reality.
El encierro y la competencia de "Mundos Opuestos" está comenzando a afectar a Alan Didier, quien, según ha expresado, este último tiempo ha estado con el ánimo muy bajo.
"Ayer en la competencia me di cuenta de que estaba muy cabizbajo. De hecho, antes de salir, dije 'no tengo ni ganas de competir'. Y ganas de llorar ahora, y yo soy cero de querer soltarme en ese sentido. Cuando te dije 'Mario, ven', como que iba a explotar ahí mismo, por eso te llamé", se desahogó el joven de Temuco con Mario Ortega.
"No quiero llorar ahí, no quiero que los demás me vean así, pero no me está dando la cabeza", agregó Alan, quien fue hacia detrás de la casa del Futuro para hablar más tranquilo y alejado de los demás participantes.
Uno de los consejos de Súper Mario fue que "no pienses que es algo malo. Es normal que te explote la cabeza, porque estamos viviendo una especie de vida de la marmota. Todos los días se va repitiendo el mismo bucle". "Nada me llena, nada me está llenando, nada me está haciendo feliz, nada me está causando emociones", le dijo el influencer.
Alan ha mantenido en secreto sus sentimientos
Alan también le contó a Mario que lo que siente aún no lo ha hablado con Valentina Concha, que "si bien es pareja acá, vital, es importante, no quiero como tirarle para abajo...". "Ella también se va a achacar", coincidió Ortega.
"Tú también, a lo mejor, te pones un estándar cu..., que tienes hacer esto, tienes que hacer esto otro, tienes que cumplir con esto. Primero, olvídate de esa hue... No te pongan a ti mismo como objetivo o meta de que 'tengo que ser así o así'. Existe, no más. Relájate. Este Segundo Tiempo es la resistencia, y es la resistencia mental. Tú lo sabes", le dijo su amigo.
La máxima preocupación de Alan es que "no tengo conexión de mis emociones. Es un problema que traigo de afuera que, si bien es psicológico, yo mismo me lo conozco, y he tratado de mejorarlo día a día, es que necesito estar recibiendo constante estímulo, y siento que acá los estímulos se acabaron. Ya estoy en un plano vació. Quiero reír y no me nace reír. Lo que más quiero es llorar, para poder soltarme un poco. Termino con la emoción acumulada".








