Así fue la emocionante salida del féretro de Héctor Noguera: hijos y actores lo cargaron entre aplausos
Familiares, colegas y cientos de admiradores formaron un pasillo humano, tomados de la mano, para despedir a "Tito" Noguera en su último recorrido. La ovación cerrada resonó en el Campus Oriente de la Universidad Católica.
El Campus Oriente de la Universidad Católica, casa de estudios y escenario vital para Héctor Noguera durante décadas, se convirtió hoy en el epicentro de una de las despedidas más conmovedoras vistas en el mundo de las artes chilenas. Tras la misa fúnebre, el ambiente, ya cargado de respeto y tristeza, se transformó en una vibrante manifestación de amor popular. No fue un adiós silencioso; fue un homenaje ruidoso que reflejó el inmenso legado y el cariño que el actor sembró en varias generaciones.
Fue exactamente al momento de la salida del féretro cuando la espontaneidad y el afecto de la multitud se hicieron patentes. Los asistentes, entre ellos familiares, colegas de la escena nacional y cientos de admiradores anónimos, rodearon la carroza en un gesto instintivo y simbólico: formaron un pasillo humano, tomados de la mano, para escoltarlo en su último recorrido por el campus. En ese instante, la emoción acumulada se canalizó en una ovación cerrada y atronadora, el aplauso final y merecido que despidió a uno de los grandes de Chile.
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El emocionante aplauso que despidió a Héctor Noguera
Una vez finalizada la emotiva misa, los portadores procedieron a sacar el féretro de la iglesia del Campus Oriente. El silencio solemne de la ceremonia se rompió cuando la multitud congregada se acercó instintivamente, creando un momento de profunda intimidad a pesar de la cantidad de gente. El ataúd fue cuidadosamente dirigido hacia la carroza fúnebre. Fue entonces cuando los asistentes, como un solo cuerpo, rodearon por completo el camino, tomados de la mano, formando un cordón humano que abrazaba el paso final del maestro Noguera en el lugar donde enseñó y creó teatro.
La escena se congeló en un instante de reconocimiento colectivo: un aplauso cerrado y prolongado irrumpió en el campus. Este no fue un simple aplauso, sino una ovación que resonó con fuerza, una muestra de gratitud y admiración por el artista, el director y el formador que marcó a generaciones. Bajo esa sonora despedida, el cortejo emprendió su camino hacia el Parque del Recuerdo, dejando atrás un Campus Oriente inundado por la emoción y el recuerdo de su figura.









