Jordi Castell y su can escapista: "Tenía una tercera casa"
El día que Igor, un quiltro negro que fue adoptado por Jordi Castell y su marido, jamás pensaron que les traería tantas alegrías como desveladas en la noche y persecuciones por las calles de Santiago
Según cuenta el fotógrafo al diario "Las últimas noticias", Igor fue adoptado a mediados de junio gracias a que su marido lo vio cuando paseaba con Marley, un Boyero de Berna que tiene la pareja.
"Le armamos cama a Igor y le empezamos a dar comida con la certeza de que no nos podíamos quedar con los dos perros porque vivimos en un departamento", explicó Castell.
A pesar de esto, Jordi se quedó con los dos perros y fue ahí cuando comenzó a notar las conductas escapistas de Igor, "la última que me hizo fue en una plaza por Kennedy. Yo salgo con los dos perros para que corran y jueguen. De repente a pito de nada, Igor me mira y se va", afirmó el fotógrafo, quien agrega que ya no recuerda las veces que ha perseguido a Igor por las calles.
La vida de Igor
Después de unos meses Igor fue adoptado a mediados de agosto por una familia en Peñalolén, pero eso no bastó. El can comenzó a pasar un tiempo en ambas casas en un constante ida y vuelta.
Lo tragicómico para Castell pasó cuando Igor llegó a la casa con chapita y nuevo nombre, "decía tengo vacunas al día, me llamo Rocco. Yo llamé al teléfono y ahí me enteré que tenía una tercera casa donde llega, come, duerme dos días y se va", agregó el conductor de TV.
Después de esos dos días, el can llega al departamento de Jordi cerca de las 1 de la mañana, "se pone a ladrar en la puerta del edificio el perla. Y cuando ve que no le abren la puerta principal, se va a la puerta de los autos de los residentes y ahí se pone a ladrar para que le abran. Es así de patudo", comentó Castell.
"Te aseguro que esto se escucha más chistoso de lo que es. Lo hemos pasado pésimo en las tres casas. Pero bueno, que Igor sea libre y feliz", concluyó el fotógrafo nacional








