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Proyecto de Ley

Congreso peruano declara de "interés nacional" reflotar la goleta chilena Covadonga hundida en la Guerra del Pacífico

La Covadonga/Archivo Histórico
La Covadonga/Archivo Histórico
Por: Alejandro Osorio
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La medida afecta a uo de los barcos más emblemático del la Armada Chilena en la Guerra del Pacífico. Bloqueaba Iquique junto a la Esmeralda antes de la hazaña de Arturo Prat. La mítica embarcación fue hundida en Chancay, cerca de Lima, en 1880.

El congreso peruano aprobó la iniciativa que declara de "interés nacional" la recuperación del histórico barco chileno Covadonga, mítica embarcación de la Armada Chilena que fue hundida en Chancay, cerca de Lima, en 1880, en el medio de la Guerra del Pacífico, según RPP.

La polémica iniciativa fue aprobada por una contundente votación de 71 a favor, 3 en contra y 13 abstenciones. El proyecto de ley busca reflotar la nave “en tanto su estado de conservación lo permita”, según informó Infobae

Covadonga/Armada de Chile
Covadonga/Armada de Chile

Reflotar la Covadonga, un sueño peruano

La iniciativa fue promovida por la congresista Susel Paredes, presidenta de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural, y designa al Ministerio de Cultura como entidad coordinadora de todas las medidas necesarias para recuperar a la Covadonga, una tarea en que también deberán participar el Ministerio de Defensa de Perú, el Gobierno Regional de Lima y la Municipalidad Distrital de Chancay. 

Recuperar el emblemático barco chileno es un antiguo anhelo de la clase política peruana, que ve en la Covadonga un trofeo del conflicto del siglo XIX. La parlamentaria Paredes explicó que el proyecto apunta a "constituir parte del patrimonio cultural subacuático de importancia histórica y cultural para la República del Perú", según RPP.

Covadonga y Esmeralda/pintura de Thomas Somerscales
Covadonga y Esmeralda/pintura de Thomas Somerscales

Un navío histórico para Chile y Perú

La Covadonga entró a nuestra historia en la guerra de España con Chile y Perú, cuando la armada hispana bombardeó Valparaíso y El Callao, en 1865, sin mediar provocación. El ataque a la Joya del Pacífico desató la reacción de la Armada Chilena. El 26 de noviembre de 1865, en el Combare Naval de Papudo, la Esmeralda comandada por capitán Juan Williams Rebolledo, capturó al navío español Virgen de Covadonga. A partir de ese día, la goleta pasaría ser parte de la flota chilena.

Su punto más alto fue el 21 de mayo de 1979, cuando formó parte del bloqueo al puerto de Iquique junto a La Esmeralda. Ambos navíos chilenos fueron atacados por el Huáscar y la Independencia, las embarcaciones más poderosas de la flota peruana. La Esmeralda sucumbió ante el poder del Huáscar y Arturo Prat se convirtió en ícono de patriotismo y heroísmo, mientras que la Covadonga, al mando de Carlos Condell, llevó a la Independencia a encallar en Punta Gruesa, asestando un golpe fatal para la armada peruana.

Arturo Prat
Arturo Prat

Pero la suerte de la goleta llevó a su fin el 13 de septiembre de 1880, cuando remolcó un bote en las costas de Chancay, que resultó ser un señuelo cargado de explosivos de las fuerzas peruanas. La detonación resultó ser fatal para el barco chileno, que se hundió y se llevó la vida del capitán Pablo de Ferrari y 31 marinos de una tripulación de 109. 

En una entrevista a El Comercio, el historiador peruano Héctor López Martínez aseguró que “su hundimiento fue un acto heroico que habla de cómo los peruanos, a pesar de todo, siempre se mantuvieron combatiendo, intentando hacer el mayor daño posible al enemigo”. 

Carlos Condell
Carlos Condell

Un "disparate": "Se trata de tumbas que no pueden ser profanadas”

El mismo López Martínez calificó la iniciativa de reflotar la goleta chilena como un sin sentido, no solo por los aspectos técnicos, que apuntan a que los restos de la Covadonga no soportarían ser manipulados, sino que también hay un aspecto ético y moral al ser la tumba de 32 marineros chilenos. 

Los restos de la goleta han sido examinados en innumerables ocasiones por especialistas, análisis que revelan que “no hay nada que reflotar. Si se mueve lo poco que queda del casco, este se terminará de destruir”, aseguró López Martínez.

El mismo historiador peruano colocó el acento en los cuestionamientos de remover a la Covadonga: "De una vez por todas, se deben aplicar normas más humanas y de respeto en el trabajo con pecios (pedazos o fragmentos de la nave que ha naufragado). No pueden convertirse en elementos de depredación, sobre todo en los casos de que existan restos como sucede en La Covadonga. Se trata de tumbas que no pueden ser profanadas”.

López Martínez agregó que “la idea de diseñar un proyecto de arqueología marina, aunque difícil y costosa no es descabellada, en el caso de La Covadonga es un disparate".

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