Siempre hay un chileno: Cuando Marcelo Kiwi descubrió el Castillo de Drácula en Rumania
Marcelo Kiwi visitó Rumania en Siempre hay un chileno y recorrió el Castillo de Drácula, el histórico destino ligado a Vlad Draculea y la leyenda de Stoker.
Marcelo Kiwi lleva varias temporadas de "Siempre hay un chileno" y en cada episodio nos ha mostrado las vidas de varios compatriotas que se asentaron en diferentes partes del mundo. En uno de sus episodios, el realizador audiovisual estuvo en Rumania, un país ubicado en Europa del Este y que para muchos es sinónimo de misticismo, pues ahí se encuentra el castillo de Drácula.
Durante el programa, Marcelo Kiwi llegó hasta la ciudad de Brasov y ahí conoció al chileno Humberto Aguilar, quien es músico y lleva más de una década como habitante del país europeo. En un recorrido por el lugar, el artista nacional llegó a nuestro conductor hasta uno de los destinos turísticos más importantes de Rumania: un castillo medieval que se cree era de Vlad Draculea, personaje que fue inspiración para la famosa novela de Bram Stoker.
El castillo de Drácula se construyó a principios del siglo XIII y se encuentra a 25 km al noreste de Brasov, en Bran, en la región de Transilvania, Rumania. Este castillo sirvió como fortaleza medieval y después fue refugio de los Caballeros Teutónicos de 1212, cuya evidencia se documentó por primera vez en un acta emitida por Luis I de Hungría en 1377.
En ese tiempo, Transilvania fue parte de Hungría y al terminar la Primera Guerra Mundial, las autoridades le regalaron el castillo a la Reina María de Rumanía. Ella lo modernizó, y desde el año 1920 hasta 1930 lo convirtió en una residencia.
Cuando Rumania tuvo su era comunista, el castillo se le incautó a la familia real y hasta el año 2006 no se les devolvió. Como los herederos no consiguieron vender el recinto, lo convirtieron en una atracción turística. Al igual que Marcelo Kiwi en "Siempre hay un chileno", muchas personas se detienen a entrar a este edificio por su asociación con Vlad Draculea.
Cuando Marcelo Kiwi visitó el Castillo de Drácula en Siempre hay un chileno
En Rumania, Vlad Țepeș, también conocido como Vlad Draculea, fue un príncipe de Valaquia del siglo XV. Su sobrenombre, "Drácula", significa “hijo de Dracul”, y este a su vez proviene del latín “draco”, que significa “dragón”. Tanto Vlad Draculea como su padre formaban parte de una organización conocida como la Orden del Dragón, una agrupación de carácter cruzado.
Tepes era un guerrero que luchó contra la expansión de los otomanos y los historiadores(as) se refieren a él como "Vlad el empalador" debido a sus sangrientas formas de someter a sus enemigos. Se decía que los empalaba, bebía su sangre y los observaba morir en el proceso. Se cree incluso que él vivió en el castillo de Bran, pero solo existe un registro de que estuvo dos noches en sus mazmorras.
El origen de Drácula nace de la imaginación del autor Bram Stoker y de sus investigaciones sobre diversas regiones del mundo. La imagen de un imponente castillo en ruinas, ubicado en el Principado de Valaquia, en Rumania, coincidía con la idea que Stoker tenía para la residencia de su conde vampiro.
Conocido como el Castillo de Bran, esta mansión medieval se alza sobre una roca a 200 metros de altura y, gracias a su vínculo con el príncipe Vlad y la famosa novela, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más destacados de la región.



