Michelle Pollmann, psicóloga clínica y sexóloga, se refiere al despertar sexual de la mujer luego de la menopausia, que derriba los mitos que giran en torno al deseo sexual de la mujer.

Durante un nuevo episodio de “Mi Segundo Tiempo”, la conductora Leonor Varela conversó con Michelle Pollman, terapeuta clínica, quien abordó los cambios psicológicos que viven las mujeres durante la menopausia. Para la especialista, uno de los grandes errores culturales es creer que la sexualidad tiene fecha de vencimiento.

“El deseo no desaparece con la menopausia, cambia. Y es completamente dinámico. Pretender sentir lo mismo a los 18 que a los 60 es una expectativa poco realista”, explicó Pollman. En este sentido, destacó que muchas mujeres viven un despertar sexual entre los 40 y 55 años, impulsado no solo por las hormonas, sino por la madurez emocional, el autoconocimiento y la capacidad de poner límites y expresar deseos.

La experta también subrayó el rol central de la autoestima en la sexualidad femenina. “Durante años, el valor de la mujer estuvo ligado a la reproducción. Cuando esa etapa termina, muchas sienten que dejan de ser útiles para el mundo. Reconciliarse con el cuerpo que cambia es clave para recuperar el placer”, señaló, y recomendó ejercicios de autoobservación y aceptación corporal como parte del proceso.

Psicóloga explica por qué la menopausia no marca el fin de la vida sexual

Desde lo fisiológico, Pollman fue enfática en normalizar el uso de herramientas como el lubricante vaginal, especialmente en la transición menopáusica. “No es una falla ni una vergüenza. Si hay dolor, el cuerpo aprende a evitar el placer. Y eso puede generar otras disfunciones sexuales”, advirtió, e insistió en la importancia del acompañamiento de la pareja y la educación sexual.

Otro punto relevante fue la ampliación del concepto de sexualidad. “Sexo no es solo penetración. Hay muchas formas de intimar, explorar el erotismo y conectar con el placer”, afirmó. En esta etapa de la vida, la experta invitó a experimentar, conversar fantasías, incorporar juguetes sexuales y resignificar la sexualidad como una experiencia integral, emocional y sensorial.

Finalmente, Michelle Pollmann destacó la autoexploración y el autoerotismo como prácticas fundamentales, tanto para mujeres en pareja como para quienes no lo están. Más allá del orgasmo, se trata de construir rituales de conexión con el propio cuerpo, fortalecer la autoestima y habitar el placer sin culpa.

“La sexualidad nos acompaña toda la vida. Si el placer fuera entendido como una forma de sabiduría y no de juventud, cambiaría radicalmente nuestra manera de vivir”, concluyó Pollmann. Para ella, el deseo no se pierde con los años, se transforma y puede vivirse con mayor libertad, conciencia y bienestar en esta nueva etapa.