Catalina Vidaurre comparte cómo el ciclismo ha marcado su vida, su recuperación tras una trombosis pulmonar y su sueño de competir en el circuito internacional y en las Olimpiadas.

Para Catalina Vidaurre, el ciclismo no es solo un deporte: es toda su vida. Desde muy pequeña ha estado sobre la bicicleta, enfrentando tanto el esfuerzo físico de las subidas y bajadas como el desafío mental que exige cada carrera. En un nuevo episodio de Mente Fría, serie de cortos documentales hecha por Natalia Pereira y Pablo Beuchat, la ciclista contó los detalles de su disciplina. 

“Uno sufre para arriba, también sufre para abajo, pero es un sufrimiento dinámico y entretenido. No hay que tener miedo”, comenta Vidaurre.

Catalina Vidaurre: Conoce los sueños de la ciclista chilena en "Mente Fría" 

Catalina destaca la importancia del equilibrio mental y físico. Mantener la concentración, visualizar el circuito y confiar en sí misma son claves para rendir al máximo. “Te desconcentras un minuto y te pasa una, te desconcentras otro minuto y te pasan dos”, explica. Cada decisión en la pista depende de ella y su estrategia, y aprender a controlar la mente ha sido fundamental tanto en el deporte como en la vida.

Su camino no ha sido fácil. Tras una hospitalización por trombosis pulmonar, los médicos le dijeron que nunca más podría practicar ciclismo. Sin embargo, Catalina Vidaurre tomó este obstáculo como un impulso: “Fue la primera vez que dije: ‘No, yo en verdad me quiero dedicar a esto’”. Desde entonces, ha participado en múltiples competencias, terminando siempre las carreras, incluso si queda última.

Catalina Vidaurre también reflexiona sobre el ciclismo femenino en Chile: aunque enfrenta poca visibilidad, ella mantiene la motivación y los objetivos claros: competir internacionalmente, posicionarse entre las 20 mejores del mundo y clasificar a los Juegos Olímpicos de 2028. Su historia es un ejemplo de resiliencia, disciplina y pasión por el deporte.