Álvaro Rudolphy recuerda divertida anécdota de cuando interpretó a un cura y usó sotana en la serie del Padre Hurtado: “Con lo flaco que soy parezco lápiz mina”

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Uno de los estrenos que más han llamado la atención de REC TV durante el último tiempo es la retransmisión de la miniserie “Crónica de un hombre santo”, que debutó nuevamente en la señal retro del 13 durante el jueves 28 de julio a las 20:30 horas.

La producción que profundiza en la vida y obra del sacerdote jesuita y fundador del Hogar de Cristo, el Padre Alberto Hurtado, no solo se ha llevado los aplausos de los televidentes, sino que también de los mismos actores que protagonizaron la miniserie.

Uno de ellos es Álvaro Rudolphy, quien en 1990, cuando recién estaba comenzando su carrera, fue convocado para interpretar al Padre Weigel, un cura estadounidense que fue amigo de Alberto en aquella época. 

“Uff fue hace muchos años, es parte de mis inicios en la tele. Me acuerdo que fue un proyecto muy cuidado.  Canal 13 en aquella época estaba bajo el alero de la Iglesia Católica. Estuvo muy cuidado el guión, la producción, el enfoque que se le daba, la actuación, fue un trabajo muy serio. Esto tenía una doble connotación, entonces se trabajó como si fuese una serie, cada capítulo de manera independiente,  con trabajo de cámara distinto, como si se hubiese hecho para el cine pero en formato de televisión, las escenas se trabajaban harto y se practicaban bastante”, destacó el actor.

En relación a la preparación que tuvo que realizar para interpretar a un cura de habla inglesa, Rudolphy reveló que fue un trabajo importante, donde se preparó y analizó varios componentes para no caer en la caricaturización. 

“Traté de darle ese tono americano como hablan los gringos cuando llevan poco tiempo en el país. Entonces, para no caer en la crítica, me preocupé de ver cómo era lo que ocurría con ellos, cómo cambiaban las vocales, los artículos y trabajé el tema de la dicción, su vocabulario, las palabras que repiten y traté de darle seriedad a la manera en que se comunicaba este cura y que no fuese solo poner un acento medio gringo”, comentó. 

Para Álvaro esta fue una experiencia muy entretenida, sobre todo por las anécdotas que recuerda junto a Cristián Campos. Por ejemplo, reveló que una de las bromas que surgieron tras bambalinas fue a propósito de la sotana que debían usar ambos.

 “Un día estábamos conversando en maquillaje y le digo “con lo flaco que soy parezco lápiz mina, no paró de reírse y ahí quedé como el padre ‘faber 2’, como los lápices mina faber castell”, rememoró. 

A lo que agrega que Cristián estaba muy comprometido con su rol en la serie: “Para él era importante y yo también creo que lo marcó bastante, porque claro, estaba con muchas teleseries de galán romántico y hacer al Padre Hurtado, que era un símbolo de nuestro país, entonces imagínate, él estaba muy embalado con este proyecto”. 

Así como Álvaro recordó su cercanía con Cristián, también rememoró a otros actores a quiénes tuvo la oportunidad de conocer en las grabaciones de “Crónica de un hombre santo”. 

“Me acuerdo que además ahí conocí a Felipe Castro, Remigio, varios actores de mi generación que estábamos recién empezando en la tele, entonces se generaron algunos vínculos interesantes y entretenidos. Conocer a nuevos actores que venían de la generación de uno, pero de otras escuelas que no había conocido antes y trabajar con ellos fue súper entretenido. Además de todos los que ya llevaban unos años en televisión y los que estábamos empezando, hacíamos el medio elenco. Los viejos, muy buenos, secos todos, fue una buena experiencia”, finalizó. 

No te pierdas “Crónicas de un hombre santo” todos los jueves a las 20:30 horas. 

 
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