Miguel Ángel Poblete: el “vidente de Peñablanca” que conmocionó a Chile en los 80
Entre 1983 y 1988, Villa Alemana se convirtió en escenario de uno de los fenómenos místicos más comentados de Chile: las supuestas apariciones de la Virgen María a Miguel Ángel Poblete Poblete, conocido popularmente como el “vidente de Peñablanca” o “de Villa Alemana”.
Este joven chileno, nacido en Curicó el 27 de mayo de 1966, despertó la curiosidad y la devoción de miles de personas que se acercaban al cerro El Membrillar, luego llamado Monte Carmelo, atraídos por la promesa de presenciar lo sobrenatural.
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Según los relatos, todo comenzó el 12 de junio de 1983, cuando Poblete, entonces de 17 años, subió al cerro junto a dos amigos. Mientras ellos buscaban consumir neopreno, Miguel Ángel se apartó del grupo y observó una extraña nube blanca alrededor de un arbusto.
Fue en ese momento cuando, según su testimonio, escuchó una voz femenina que lo llamó por su nombre y se le apareció una niña vestida de blanco: la Virgen bajo la advocación de la Dama Blanca de la Paz. A partir de esa experiencia, comenzaron las visitas diarias al cerro, donde decía recibir mensajes divinos.
Los detalles del caso de Miguel Ángel Poblete
El fenómeno pronto atrajo multitudes. El programa “Testigo” del 13, relató que en septiembre de 1983 hasta 100 mil personas llegaron a Peñablanca para presenciar los éxtasis de Poblete.
Los testimonios del programa detallan episodios extraordinarios: sangrado espontáneo del cuero cabelludo, comunicación de mensajes precisos a individuos específicos y manifestaciones físicas durante los trances que algunos describen como “estigmas”. Los expertos del área médica presentes confirmaron que la piel del joven se regeneraba rápidamente tras los sangrados, lo que contribuyó al asombro general.
Sin embargo, quienes observaron de cerca los eventos también señalaron la teatralidad de Miguel Ángel Poblete. En la investigación se recordó cómo realizaba acciones llamativas durante las apariciones, como saltar sobre tortas de cartón o recibir la comunión de manera inusual, y cómo su personalidad oscilaba entre la humildad y la histriónica expresión de sus éxtasis. Estas características generaron un debate entre creyentes y escépticos, haciendo del vidente una figura polémica y fascinante a la vez.
Años después, el joven cambió de sexo y adoptó el nombre Karole Románoff, distanciándose de quienes participaron en las apariciones y llevando una vida más reservada. La diócesis de Valparaíso nunca reconoció oficialmente las apariciones, aunque permitió actos de culto en el lugar por respeto a los peregrinos.
Fue en septiembre de 2008 que falleció, a los 42 años, a raíz de una hemorragia digestiva que derivó en un síndrome hepático renal avanzado.