El día que Amaro Gómez-Pablos tuvo una cita en Sábados Gigantes
Mucho antes de ser una de las figuras más reconocidas del periodismo televisivo chileno, Amaro Gómez-Pablos tuvo su primera aparición en la pantalla chica, pero en un contexto muy distinto al de las noticias.
Corría el año 1986 cuando, con solo 18 años y recién llegado desde España, participó en el popular concurso “El Hombre Ideal”, parte del recordado segmento “Solteras sin compromiso” de “Sábados Gigantes”, el clásico espacio de Don Francisco.
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En ese entonces, el joven español conquistó al público y también a una afortunada concursante, con quien tuvo una cita organizada por el programa. Durante la emisión, Don Francisco quiso saber cómo había resultado el encuentro.
Así fue la cita de Amaro Gómez-Pablos
“Hace dos semanas salieron, se trata de Amaro Gómez-Pablos… a ver, Pame, ¿cómo anduvo la salida?”, preguntó el animador.
“Lo pasamos súper bien”, respondió la joven, sonriente.
El relato de ambos mostró que la producción se había esmerado en preparar una velada de película.
“Fuimos el sábado al L'Etoile del Sheraton y después a bailar a la disco Sala Gente”, contó la participante.
“Todo esto también con una botella de champán, celebrando con todo el mundo, bailando”, agregó Amaro Gómez Pablos entre risas, dejando entrever el ambiente festivo que vivieron.
La cita no terminó ahí. “Después, el domingo, fuimos a almorzar a un restaurante argentino y después fuimos a andar a caballo y después al Coppelia a tomar once”, relató la joven.
“Después al auto, se terminó, o sea se volvió calabaza como un sueño de Cenicienta”, bromeó el ganador, provocando las risas del público.
El carisma del futuro periodista no pasó desapercibido para Don Francisco, quien incluso le propuso volver al programa con una nueva sección:
“La próxima semana te vamos a pasar una poesía que te vas a aprender, te vas a poner una tremenda pinta y la recitas ahí. ¿Estás de acuerdo?”, le dijo el animador.
“Completamente”, respondió Amaro Gómez-Pablos un poco avergonzado.
Por último los jóvenes contaron que a veces hablaban por teléfono, para contar detalles de su día a día.


