Cristina visita a Manuel en su consulta para tener la cita que tanto estaba esperando. Durante el encuentro con el psicólogo, Cristi se entusiasma con los conocimientos que él demuestra. Una vez que la conversación termina y Cristi decide partir, recibe un balde de agua fría al enterarse que Manuel creía que su visita era parte de una terapia, al punto que incluso le cobra. Cristi claramente tenía otras intenciones, pero prefiere callarse.

Al día siguiente les comenta esta vergonzosa situación a sus amigas, quienes le aconsejan que sea honesta y le diga que fue a su consulta con el fin de tener una cita y no una terapia, pero Cristi no se atreve.

Por otro lado, Álvaro consolida cada vez más su relación con con su hija Pascuala, tanto así que ella le reconoce que quiere llevar su apellido.

Alentada por Susy, Cristi decide ir nuevamente a la consulta de Manuel para contarle la verdad. Él reacciona sorprendido, pero logra entenderla. Ella le pregunta si le devolverá el cheque con el que pagó la consulta anterior, sin embargo Manuel le dice que ya ha sido depositado. Pero para poder compensarlo, le propone que salgan juntos.

Sus amigas no confían mucho en él luego de todo los que le ha contado Cristi, pero ella lo defiende y está dispuesta seguir conociéndolo. El día de la cita, Manuel la va a buscar a su casa y le regala una alcancía, con el argumento de que ese objeto representa mucho para él. Y queda claro luego de que él prefiera caminar para asistir a la cita en vez de ir en auto.

Pese al cansancio, Cristi la pasa muy bien con él y la relación entre ambos logra avanzar un paso más. Sin embargo luego surgen nuevos episodios en donde Manuel demuestra ser una persona pequeña extremadamente tacaña, como cuando salen a comer juntos y termina armando un escándalo por el precio de la comida.

Cristi se da cuenta que ese hombre no es para ella.

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