El noble gesto de Jorge Zabaleta que terminó por conmover a Pancho Saavedra
En el noveno capítulo de la cuarta temporada, Pancho Saavedra y Jorge Zabaleta recorrieron Manaos e Iquitos, conocieron una tribu amazónica y vivieron un emotivo momento tras presenciar comercio ilegal de fauna.
En el noveno capítulo de Socios por el Mundo, temporada 4, Pancho Saavedra y Jorge Zabaleta continuaron su aventura por el Amazonas, iniciando su recorrido en la ciudad de Manaos, Brasil. Desde ese punto, los animadores se adentraron en uno de los pulmones verdes más importantes del planeta, dando inicio a una experiencia marcada por la inmensidad de la selva, la riqueza cultural y la profunda conexión con la naturaleza.
Tras su paso por Manaos, los conductores cruzaron la frontera y llegaron hasta Iquitos, en Perú, una de las ciudades más emblemáticas de la Amazonía. En este lugar, el viaje tomó un carácter aún más profundo, ya que pudieron internarse en sectores de difícil acceso, rodeados de ríos caudalosos, vegetación espesa y comunidades que mantienen vivas tradiciones ancestrales, transmitidas de generación en generación.
Uno de los momentos más destacados del episodio fue el encuentro con una nueva tribu amazónica, donde Pancho y Jorge tuvieron la oportunidad de conocer de cerca sus costumbres, formas de vida y cosmovisión. La experiencia les permitió aprender sobre rituales, organización comunitaria y la estrecha relación que este pueblo mantiene con la naturaleza, reforzando el enfoque cultural y humano que caracteriza al programa en su cuarta temporada.
El noble gesto de Jorge Zabaleta
Durante su estadía en Iquitos, los socios llegaron a una feria de comida exótica, donde se encontraron con una realidad que los impactó profundamente. En el lugar, se percataron del comercio ilegal de diversos animales de la selva, como caimanes, peces no permitidos para el consumo y tortugas, siendo estas últimas las que tomaron un rol especial en el desarrollo del capítulo.
Al detenerse en un puesto donde se vendían tortugas, tanto Jorge como Pancho manifestaron su incomodidad y pena ante la situación. Fue entonces cuando Jorge Zabaleta decidió realizar un gesto que marcó el episodio: compró una de las tortugas con la intención de liberarla horas más tarde en un sector seguro de la selva peruana, lejos del tráfico ilegal.
El momento fue mostrado como un llamado de atención sobre la protección de la fauna silvestre y el respeto por el entorno natural, dejando una reflexión que trascendió el viaje y reforzó el mensaje de conciencia ambiental que el programa ha buscado transmitir a lo largo de los años.








