Mundos Opuestos | Resumen capítulo 23 de la señal extendida
La "noche de chicas" marcó la noche en el reality del 13. En la instancia, varios participantes se dieron besos.
Este capítulo de Mundos Opuestos inicia con la entrada de los participantes que estuvieron en la prueba de salvación. Esta la ganaron Daúd Gazale y Yuhui Lee, quienes enfrentaron a Juan Pedro Verdier y Yoan Curtis, respectivamente.
El exfutbolista calificó la prueba como "dura" y describió de qué se trató a sus compañeros.
Diego se "infiltra" en el equipo del Pasado
Llegada la noche, Diego Venegas, quien está cumpliendo una sanción en el Pasado, salió al límite de los mundos a conversar con sus compañeros de equipo. "Allá son cero equipo. Se roban entre ellos, se roban las cosas, como las mantas, los chocolates, todo", le contó a Valentina Concha, Chilota, Cata Olcay y Eskarcita.
A ello, agregó que "hay una jerarquía heavy, una dictadura, por parte del capitán. Todo el día se cumple. Todo pasa por él. Las decisiones pasan por él y ahí toman una decisión. Todos dicen su punto de vista y él dice 'lo que vamos a hacer es esto', y toma la decisión él. Es brígido. Entonces todos intentan convencerlo".
El joven de 20 años, además, habló de su relación con Ignacia Michelson, con quien dijo durmieron juntos, pero no "cucharita". Esto, luego de que la influencer confesara que se dio un beso con Alan Didier.
Según él, ella está intentando recomponer la relación e incluso le ha intentado dar besos, pero él aseguró que ha corrido la cara.
Noche de chicas
En Mundos Opuestos se organizó una "noche de chicas", en donde ellas tuvieron la oportunidad de conversar cosas de ellas alrededor de un fogón.
En la instancia, aprovecharon de hablar de Alan, a quien tildaron de tener discursos moralistas. En ese contexto, también le recomendaron a Eskarcita cómo conquistarlo, ya que a ella le gusta, pero no ha podido atraerlo. "Lo voy a pensar, si lo quiero o no, porque lo ha cagado mucho, es una persona bastante cuestionable", dijo la joven.
Tras la charla, invitaron a Yoan Curtis (y después a más hombres) para que cumpla su sueño de darle un piquito a todas las mujeres del encierro.
Luego el juego mutó y algunos se vendaron los ojos, mientras que otros participantes le dieron besos. De este modo, los que no veían tenían que adivinar quiénes les daban uno.









