La Reina de Franklin

Lució hermosa en la sesión de fotos

Mónica Godoy estuvo en la portada de “Nueva Mujer”

Por: Ricardo Pérez
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La actriz que interpreta a “Camila Ossa”, en “La Reina de Franklin”, conversó sobre su familia y su retorno a la televisión.

Mónica, de 40 años, la conocimos por primera vez en “Sucupira” (1996), teleserie de TVN donde interpretó el rol de “Loreto Inostroza”.  En nuestro canal, también participó en “Mamá Mechona” y “Valió la pena”,  últimas producciones en las que actuó, hasta su regreso, 4 años después,  para el rol de Camila en “La Reina de Franklin”. Hasta el momento,  la exitosa actriz cuenta con 16 teleseries, 5 películas, 6 series de televisión y varias obras de teatro.  

Cortesía Nueva Mujer

Durante su retiro de la televisión, Mónica, se dedicó a la actuación y a ser productora de teatro, estas labores la realizó junto al actor Nicolás Saavedra, esposo y padre de sus dos hijas.

Para la revista Nueva Mujer, la actriz confesó que su salida de las teleseries se debió a que sus hijas estaban pequeñas. “Ahora son más independientes y decidí que era buen momento para volver. Meterme de lleno al teatro fue una forma de seguir realizándome en mi profesión, pero con tiempos más acotados para dedicárselo a mis niñas, que era muy importante para mí, sobre todo en sus primeros años”.

Cortesía Nueva Mujer

Sobre su regreso a Canal 13 señaló que “¡Estoy muy contenta! Me encanta hacer teleseries, las echaba de menos. Me gusta el equipo que se conformó, la historia y quería trabajar con Diego Rougier. Antes había participado en Tiempo Final, una de las primeras cosas que hizo. Con Francisco Pérez-Bannen hemos sido pareja en la ficción más veces de las que puedo contar y también estoy feliz de trabajar con Claudia Di Girolamo. Es un agrado y no me la había topado en otras producciones. Me pareció que este era el momento para volver a la tele”.

Cortesía Nueva Mujer

Referente a su rol en “La Reina de Franklin”, Mónica explicó que “Es de armas tomar. Tiene capas, oculta un pasado, a su madre y no es tan simple como parece. Después va a adquirir unos tintes más oscuros. Es una mujer que sufre, que, pese a que se hace la contenida, se ve frágil y se quiebra en escena. Tiene su profundidad, no toca una sola tecla. Da la impresión de que es la esposa perfecta, pero de perfecta no tiene nada. Ella misma dice: “Tengo la pura cara de cuica”. Es interesante trabajar un mundo un poco más retorcido, gente que bucea en otro tipo de emociones, el resentimiento, lo aspiracional”.

Cortesía Nueva Mujer

Aquí te dejamos el backstage de la sesión de fotos para Nueva Mujer.

 

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