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“Fue un mes de amenazas"

Juan Pedro Verdier contó dura etapa tras filtración de registros íntimos: “Busqué dónde conseguir un arma”

Por: Paula Muñoz
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En un nuevo capítulo de la Divina Comida, Juan Pablo Verdier contó cómo vivió el duro momento de la filtración de sus registros íntimos por parte de un estafador. 

Todo comenzó hablando sobre los temas de salud mental que trata en su canal de Youtube. En este sentido, contó que había estado internado en una clínica de salud mental por 40 días.

Yo viví una experiencia que es la peor que he vivido en mi vida”, aseguró sobre lo que gatilló su crisis. 

“Un delincuente, José Valeroso es su nombre, hackeó la empresa en la que yo trabajaba. Y a través de mi correo personal le mandó un correo a mi señora. Era el día de los enamorados y le puso el link como de una canción”, contó.

Según Juan Pedro, este link dirigía a un sitio que le pedía una clave. Al ingresar Karen Bejarano, su esposa, la clave, el sujeto accedió a sus cuentas y todos sus archivos.

“Fue un mes de amenazas, recibiendo instrucciones de un delincuente que escribía por WhatsApp diciendo: ‘Sé a qué hora sale tu hijo del colegio’”, relató.

“Nos fuimos a Uruguay en el día. Compramos un pasaje en avión”, contó.

“Fui a la PDI y el discurso general era que, como la ley digital en Chile es tan precaria, no se podía hacer nada. Incluso si era un mensaje de amenaza de muerte por Whastapp, en ese momento no se consideraba algo relevante. No podíamos hacer nada”, aseguró.

Publicación de sus imágenes íntimas

A pesar de que Juan Pedro aceptó darle dinero, el sujeto publicó de igual forma sus registros.

Después el tipo, al que yo estaba dispuesto a darle un montón de plata, lo ventiló. Empezó a publicar en nuestras propias cuentas, esas imágenes que teníamos en nuestros teléfonos”, dijo.

“Allí empezó el peor momento de mi vida”, aseguró. “Me acuerdo cada milésima de segundo de lo ocurrido. Eso me produjo una enfermedad que se llama ‘Trastorno de estrés postraumático’”, contó.

“Yo primero me morí, lloré, vomité sangre, me arrastré por el piso, me quise matar. Busqué dónde conseguir un arma para ir a matar a esa persona y después decidí no hacerlo y volver a construir una vida distinta”.

“Y lo único que me logró que quisiera volver a vivir, además del apoyo de mi familia y seres queridos, fue leer qué dicen los especialistas del cerebro sobre qué es lo que a uno lo hace ser feliz, que son guías, no una orden”, señaló.

“Solamente la psicología y la salud mental me ayudó”, dijo. “Esta es la primera vez que lo puedo hablar públicamente y no me avergüenzo como antes”, confesó.

 

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