Registran el dramático momento cuando un paracaidista queda atrapado en el ala del avión
Un paracaídas se abrió por error y dejó a un saltador atrapado en la cola del avión, obligando al piloto a declarar “MAYDAY”.
Un salto que debía ser rutinario terminó convirtiéndose en una escena de pánico en los cielos de Queensland, Australia. Un paracaidista experimentado, con más de 2.000 saltos, quedó colgado de la cola de un avión a 4.570 metros de altura luego de que su paracaídas de reserva se desplegara accidentalmente al salir de la aeronave. El incidente ocurrió el 20 de septiembre y se viralizó debido a la crudeza de las imágenes, comentó The Sun.
Todo se desencadenó cuando el grupo se preparaba para saltar. Mientras el primer deportista se acercaba a la puerta, la manija de su paracaídas de reserva se enganchó en un flap del ala, activando el sistema. El tirón repentino lo lanzó hacia atrás y lo hizo impactar contra el estabilizador horizontal izquierdo. El paracaídas se enredó en la estructura, dejándolo suspendido mientras el avión avanzaba a cerca de 160 km/h.
Desde la cabina, el piloto no comprendió de inmediato lo que pasaba. Sintió un levantamiento brusco de la nariz del avión y cómo la velocidad empezaba a caer peligrosamente. Sin visibilidad hacia atrás, asumió que la aeronave estaba entrando en pérdida y agregó potencia, sin saber que llevaba a un paracaidista colgando de la cola.
Un piloto bajo presión y una maniobra desesperada ante accidente del paracaidista
Mientras el avión comenzaba a presentar vibraciones y controles rígidos, trece paracaidistas saltaron para aliviar la carga y despejar la aeronave. Dos permanecieron junto a la puerta, observando cómo su compañero luchaba por liberarse del enredo.
Fue en ese momento cuando el piloto decidió emitir una llamada de emergencia “MAYDAY” al Centro de Control de Brisbane, advirtiendo que la aeronave no respondía con normalidad. A pesar del daño, mantuvo el control ajustando la velocidad y la potencia. Incluso contempló saltar con su propio paracaídas de emergencia si perdía el dominio total, pero logró mantener la estabilidad dentro de lo posible.
Colgado del estabilizador, el paracaidista tomó una decisión clave: usar su cuchillo de gancho para cortar las once líneas del paracaídas de reserva. Pese al viento y la tensión, logró liberarse en menos de un minuto. Ya en caída libre, abrió su paracaídas principal, que se desplegó correctamente pese a pequeños enredos residuales.
Aterrizó minutos más tarde con lesiones menores en las piernas, un resultado sorprendente dada la magnitud del accidente.
En tanto, el piloto descendió hasta recuperar mejor maniobrabilidad, llegando a unos 760 metros antes de determinar que podía intentar un aterrizaje seguro. Finalmente logró posarse en tierra sin heridos entre los ocupantes.
Una advertencia clave para la comunidad del paracaidismo
La Agencia de Investigación Nacional de Transportes de Australia (ATSB) enfatizó que este incidente debe servir como recordatorio para todos los paracaidistas: las manijas del equipo pueden engancharse con facilidad al salir de la aeronave, especialmente en puertas abiertas. Además, recomendaron portar siempre un cuchillo de gancho, pues en este caso literalmente salvó una vida.
El organismo también subrayó que esta emergencia se suma a otros accidentes recientes en el mundo del paracaidismo, lo que refuerza la necesidad de extremar cuidados y revisar procedimientos antes de cada salto.
Este caso es una demostración contundente de cómo la experiencia, el entrenamiento y la reacción rápida —tanto del piloto como del paracaidista— pueden transformar una situación límite en una historia de supervivencia.
