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Periodista deportiva sufre brutal agresión en plena transmisión en vivo: "No fue una broma: fue violencia"

Duda Dalponte/X
Duda Dalponte/X
Por: Alejandro Osorio
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Duda Dalponte, periodista deportiva, sufrió varias agresiones durante una transmisión en vivo rodeada de hinchas. El caso reabre la discusión sobre violencia contra la prensa.

La escena ocurrió en cuestión de segundos, pero sus repercusiones siguen creciendo en todo Brasil. La reportera Duda Dalponte, reconocida corresponsal deportiva de Globo, fue víctima de una agresión mientras realizaba un despacho en vivo desde las afueras del Aeropuerto Internacional de Galeão, donde miles de hinchas del Flamengo se reunían para despedir al plantel rumbo a Lima, ciudad que albergará la final de la Copa Libertadores. Rodeada de fanáticos e intentando narrar el ambiente previo al viaje, la periodista recibió tres tirones de pelo consecutivos que interrumpieron su labor y provocaron un fuerte repudio nacional.

El incidente, registrado por las cámaras del programa “Jornal Hoje”, mostró el momento exacto en que Dalponte gira la cabeza intentando identificar al agresor. Aunque al principio creyó que se trataba de un accidente propio del tumulto, los reiterados tirones la convencieron de que la acción era totalmente intencional. Tras finalizar la cobertura, la reportera publicó un mensaje para aclarar lo sucedido y expresar su frustración por un hecho que, según dijo, “no debería formar parte del trabajo periodístico”.

La profesional explicó que en coberturas masivas suele enfrentarse a empujones, desorden y contacto involuntario con los hinchas, especialmente en instancias tan cargadas de emoción como la antesala de una final continental. Sin embargo, remarcó que existen límites que jamás deben cruzarse. “Hay euforia, y eso uno lo entiende. Pero lo de hoy no fue una broma: fue agresión. Y es triste que sigan pasando estas situaciones”, señaló.

Duda Dalponte/Instagram
Duda Dalponte/Instagram

Reacciones a la agresión a periodista: solidaridad, críticas y un llamado urgente

La difusión de las imágenes generó una ola inmediata de reacciones. Periodistas, deportistas, dirigentes y usuarios anónimos en redes sociales manifestaron su apoyo a Dalponte y condenaron con fuerza el ataque. Globo, la cadena para la que trabaja, emitió un comunicado oficial rechazando cualquier tipo de violencia y destacando que la periodista estaba cumpliendo con su labor de manera profesional.

Organizaciones defensoras de la libertad de prensa también se sumaron al debate, insistiendo en que la seguridad de los comunicadores debe ser una prioridad en eventos deportivos, especialmente cuando se realizan en espacios públicos donde el comportamiento de los asistentes puede desbordarse con facilidad. Recalcaron, además, que las reporteras mujeres suelen ser blanco de agresiones con una frecuencia mayor, fenómeno que consideran urgente abordar.

Duda Dalponte/Instagram
Duda Dalponte/Instagram

Por ahora no se ha identificado al responsable, y tampoco hay claridad sobre si se presentará una denuncia formal. Lo que sí se sabe es que el incidente se suma a una jornada tensa para el fútbol brasileño: horas antes, un grupo de torcedores invadió el bus del Flamengo, y en Lima se viralizaron peleas entre hinchas del Fla y del Palmeiras, lo que aumentó la preocupación por el clima previo a la final.

Camino a la final: tensión fuera de la cancha

Flamengo y Palmeiras disputarán el título de la Copa Libertadores 2025 este sábado 29 de noviembre en el estadio Monumental de Lima. Ambos equipos suman tres trofeos continentales y buscan convertirse en el club brasileño con más conquistas en la historia del torneo. El encuentro, que será arbitrado por el argentino Darío Herrera, ya se vive con una intensidad que ha traspasado el plano deportivo.

Mientras las autoridades trabajan para reforzar la seguridad en la capital peruana, el caso de Duda Dalponte vuelve a instalar una pregunta incómoda: ¿hasta qué punto el fanatismo futbolero justifica comportamientos violentos? La respuesta, coinciden especialistas y colegas de la reportera, debería ser evidente: nunca.

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