Modelo y actriz muestra su rostro desfigurado como consecuencia de malas cirugías
La actriz y modelo, de 50 años, expuso en redes sociales las secuelas físicas y emocionales tras someterse a una compleja intervención nasal que terminó en mala praxis.
La modelo y actriz Dorismar atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida personal y profesional. A través de sus redes sociales, la maniquí argentina sorprendió a sus seguidores al mostrar sin filtros las consecuencias de una cirugía estética que, lejos de mejorar su apariencia, derivó en un complejo problema de salud. A sus 50 años, la exfigura de la televisión latina decidió visibilizar su proceso como una forma de advertencia sobre los riesgos de las malas prácticas médicas, informó TV y Novela.
La artista explicó que todo comenzó con una intervención en su nariz que, en principio, tenía fines estéticos y reconstructivos. Sin embargo, el procedimiento se complicó y terminó desencadenando una serie de cirugías posteriores que no lograron resolver el problema inicial. Por el contrario, la situación se agravó, afectando tanto la funcionalidad de su rostro como su bienestar emocional, detalló El Universal.
Dorismar, quien inició su carrera como modelo en Argentina a los 17 años, se convirtió en una figura reconocida del espectáculo latino tras su paso por Estados Unidos y México. Su popularidad creció especialmente en la década del 2000, cuando participó en programas de alto rating y posó para importantes revistas. Hoy, lejos del glamour de aquellos años, enfrenta una realidad marcada por la incertidumbre médica y la rehabilitación.
Dorismar y una carrera marcada por la exposición mediática
La trayectoria de Dorismar estuvo siempre ligada a la imagen. Tras mudarse a Miami en el año 2000, se integró a Univisión y alcanzó notoriedad como colaboradora en “El Gordo y la Flaca” y conductora de espacios de entretenimiento. Posteriormente, su llegada a México consolidó su figura en Televisa, donde participó en programas humorísticos y telenovelas, además de incursiones musicales y editoriales.
Precisamente por esa constante exposición pública, la actriz reconoció que la presión estética fue un factor que influyó en su decisión de someterse a una cirugía nasal. Lo que no imaginó fue que el procedimiento terminaría afectando gravemente su salud.
Según relató, tras una primera intervención con resultados insatisfactorios, decidió someterse a una segunda cirugía correctiva. En ese proceso, el tabique habría sido modificado de manera excesiva, provocando deformaciones visibles y problemas respiratorios. A esto se sumó la colocación de un implante que, de acuerdo con su testimonio, no fue previamente autorizado.
Las complicaciones no tardaron en aparecer. El implante fue rechazado por su cuerpo, generando infecciones, dolor constante y una progresiva pérdida de la estructura nasal. A pesar de seguir las indicaciones médicas y los procesos de rehabilitación, el daño continuó avanzando.
Viaje y esperanza tras la mala praxis
En 2024, en un último intento por revertir la situación, Dorismar se sometió a una tercera cirugía que tampoco dio los resultados esperados. Frente a este escenario, tomó la decisión de viajar a Colombia para ponerse en manos de un especialista de alto nivel.
Desde Bogotá, la actriz compartió un video donde se la ve en pleno proceso de recuperación. Con voz entrecortada y evidentes dificultades para respirar, explicó que se encuentra esperanzada con este nuevo tratamiento y que, por primera vez en años, siente avances positivos.
“Después de atravesar una mala praxis, decidí buscar una nueva oportunidad. Estoy en rehabilitación y confío en que este proceso me permitirá recuperar mi calidad de vida”, expresó, recibiendo una ola de apoyo de parte de sus seguidores.
El caso de Dorismar reabrió el debate sobre la cirugía estética, la responsabilidad médica y la importancia de informarse adecuadamente antes de someterse a este tipo de procedimientos. Su testimonio no solo expone las secuelas físicas, sino también el impacto emocional que puede dejar una experiencia de este tipo.
Hoy, la actriz apuesta por la recuperación y por usar su historia como una advertencia. Su mensaje es claro: la estética nunca debe estar por encima de la salud, y elegir profesionales certificados puede marcar la diferencia entre un cambio deseado y una experiencia traumática.
