Dueña del reconocido restaurant Doña Tina falleció a los 82 años
Agustina Gómez Palma, conocida popularmente como Doña Tiña, murió durante la madrugada de este lunes. La información fue a dada a conocer a través de la cuenta de Instagram de su emprendimiento.
"Lamentamos comunicar el triste fallecimiento de una gran madre, abuela y bisabuela”. Con estas palabras fue dada a conocer la noticia del fallecimiento de Agustina Gómez Palma, conocida popularmente por su restaurante Doña Tina, ubicado en la comuna Lo Barnechea.
La información fue difundida a través de la cuenta oficial de Instagram de su negocio, donde también señalaron que Doña Tina fue “una mujer emprendedora, luchadora siempre preocupada y al frente de su familia”.
La publicación, acompañada junto a una fotografía de Agustina Gómez en blanco y negro, finalizó cerrando que “La extrañaremos y recordaremos por siempre, manteniendo su legado y lo que tanto te gustaba... la cocina chilena".
Doña Tina daba siempre "lo mejor" a sus clientes
Hace un tiempo Doña Tina conversó con Sergio Lagos en un capítulo de “Café Social”, espacio donde reveló interesantes detalles de su historia de vida y cómo logró desarrollar un imperio culinario.
“Un matrimonio me mandó a que le hiciera pan. Yo no sabía y mi hermana me dijo yo te ayudo. Hicimos el pan y se lo entregamos a ellos. Hice 3 docenas el primer día y lo vendí rápido. Al otro día hice 6 docenas, 9 docenas, 12 docenas… ahora hacemos como 1600 panes diarios”, reconoció en la entrevista.
En la misma conversación, Doña Tina fue sorprendida por Don Francisco, quién reveló un interesante dato de los inicios del restaurante.
“Yo pasé un día por el Arrayán y vi que estaba haciendo pan. Conversé con ella y le compré como dos tres panes. Me fui y le dije sabe, voy a volver”.
Mario Kreutzberger añadió que “una de las cosas que más me llamó la atención es que después que ya tenía el restaurant construido, yo le pregunte donde vivía y me dice detrás en una mediagua. Y eso fue lo que quizás más me llamó la atención. Cuando fui a su casa era una mediagua muy modesta. Era solo una pieza y sus sábanas eran de la molinera San Cristóbal. Sin embargo en su restaurant, las mesas tenían los mejores manteles. Yo le pregunté ¿por qué tú tienes sábanas de la molinera y en tu restaurant tienes manteles? y me dijo: “a mis clientes siempre tengo que darles lo mejor”.








