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De Tú a Tú
Viernes después de T13 Central
25 de abril

¿Fanáticos de "De tú a tú? Aquí la selección perfecta con las mejores declaraciones

Por: Jose Miguel Perez de Castro
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Aquí una selección con los mejores momentos del programa de conversación que nos encanta de lunes a jueves con grandes entrevistas que nos cautivan. ¡Aquí el resumen de esta semana de "De Tú a Tú"! 

Ignacio Gutiérrez revela cómo descubrió su homosexualidad, habla de discriminación, de su actual rol de padre y del compromiso.

Este lunes, en “De tú a tú”, Martín Cárcamo viajó hasta Constitución en la Región del Maule, para conversar con el periodista Ignacio Gutiérrez en el hogar de sus papás. Una casa que construyeron después del terremoto y tsunami del 2010.

Para Ignacio es un recuerdo muy fuerte por lo que no entiende que sus papás, tras haber sobrevivido el 27F y perderlo todo, quisieran vivir frente al río Maule. “Hoy veo la Isla Orrego y me he ido reconciliando. Los maulinos hemos ido recuperando la fuerza”.

Siguiendo con el recorrido por la casa, Martín le pregunta en dónde duerme él cuando va donde sus papás, pasando al tema de su pareja Rodrigo, con quien lleva más de 8 años. “Nos llevamos bien, nos reímos mucho”. Al entrar a la pieza, lo que llama la atención es la cama, que tiene respaldo de 2 plazas y camas separadas.

Luego, en el jardín, Ignacio dice que sus mascotas están ahí. Y, por otro lado, cuenta que sus papás nunca los ha visto discutir. Y reconoce que, de sus hermanos, él es el más teatrero, pero su mamá nunca les ha permitido bajonearse.

Caminan hasta la casa del Tío Patricio, la cual es la única que quedó en pie tras el tsunami. El mar pasó por dentro y quedó la estructura porque son palafitos. Ahí hay un muelle desde donde entrar al río. En ese lugar es donde Ignacio aprendió a nadar.

Para el periodista, este lugar es especial, es donde medita, pero no había podido ir en tres años, por tiempo y pandemia. “Alguien me dijo que era normal los 20 años con el ritmo de vida que tuve, y no era normal. Yo no venía, no veía mucho a mi familia, me levantaba a las 5 de la mañana y me acostaba a las 11 y media de la noche. Nadie me dijo ‘para’. Ahora me divierte que hay gente que como que uno se tiene que aferrar a un matinal porque si no qué vas a hacer en la vida. Y hoy, yo soy muy feliz. A ese equipo lo adoro, pero yo sentía que mi calidad de vida…sentía que me iba a estrellar con algo, que no sabía que era, y la verdad es que ya me estrellé una vez, no quiero andar estrellándome de nuevo”. Con esto se refiere a que a él siempre le ha gustado confiar y no he podido volver a hacerlo, luego del episodio de CHV.

“Pensé que se podía volver, retomar esa esencia de ese Nacho que estuvo en CHV. Estuve 15 años en el canal. Y después de eso yo sentía que había una revancha con animar un matinal como lo hice en TVN, pero nunca he podido volver a sentirme 100% confiando en un lugar. Son cosas que no he sanado, pero las voy a sanar. Estoy en terapia para eso. Y si no las sano, ya está. Es parte de ese estrellado que me pegué en la vida”.

Ha ido a terapia desde que pasó lo de CHV, hace 5 o 6 años. Ya le dieron de alta, pero él no quería porque le daba miedo. Le quitaron los medicamentos. “Estás de alta. Tienes las herramientas. Sal sin medicamentos. Sal al mundo”. Y agrega que “no tenía derecho a sentirme mal, no tenía derecho a tener angustia porque yo estaba viendo que la gente se estaba muriendo con la pandemia, que habían echado a mucha gente de mi equipo. En el matinal, en TVN, estábamos en un proceso tremendo y había que trabajar y trabajar. Yo sentía que lo que yo estaba pasando no me lo podía permitir porque había gente en el fango. Y fui a la psiquiatra y me dio un remedio. Y yo dije: ‘ así hay que vivir’, entonces ella me dijo: ‘bueno, entonces hay que cambiar tu estilo de vida. O es el remedio para siempre, o vas a volver a sentir toda la angustia y la presión’”. Cuenta que la conversación con los ejecutivos que estaban en ese momento en TVN fueron muy comprensivos con él “fueron muy amables conmigo. Me senté, les dije ‘miren, si yo sigo aquí me voy a estrellar. Busquemos la forma de que llegue gente a acompañarme. Busquemos, yo los ayudo. Busquemos a alguien que anime el programa, yo doy el paso al costado, pero ahora’. Yo fui a renunciar, pero yo tenía contrato vigente, me podrían haber dicho ‘ándate a la punta del cerro’”. Nacho había vuelto al matinal por dos meses y llevaba nueve. “Ellos lo entendieron súper bien”. Y afirma que está trabajando para volver más a su esencia.

El multifacético Álvaro Escobar 

Esta noche de martes, en “De tú a tú”, el abogado, periodista, actor, animador y político, Álvaro Escobar, visita la casa de Martín Cárcamo para conversar de todo un poco partiendo por sus orígenes en Estados Unidos hasta llegar a la intimidad de sus momentos más alegres y los más difíciles también.

Nació en Estados Unidos en 1966. Sus papás se casaron en Chile en 1964. Álvaro cuenta que tiene los mejores recuerdos de su infancia en aquel país y a sus 9 años se mudaron a Chile. Llegaron a la casa de su tata, en Miguel Claro, siendo vecino de la 19° Comisaría de Providencia que, como dice él, “con el tiempo, ya más grande, la iba a conocer” coincidiendo con Martín en ese punto y sacando risas de los presentes.

Su lengua materna es el inglés y asegura que cuando está afligido emocionalmente, el inglés aparece. Cuando improvisa en música, también es el idioma norteamericano. Lo que le ayudó a hacer amigos en Chile eran los juguetes y el llamarse Álvaro ayudó también porque recuerda que en Estados Unidos era muy difícil que lo pronunciaran. Se ríe y recuerda que muchos años después un “gringo” le preguntó si lo podía llamar “Al”, y ahí cayó en cuenta que podría haber sido muy fácil si se le hubiera ocurrido antes decir que se llamaba “Al” porque es mucho más fácil de pronunciar. 

Cuenta que le gusta mucho el fútbol y que quería ser futbolista profesional y jugar en la U. de Chile. ¿Por qué no lo logró? Él prefiere echarles la culpa a las lesiones, tiene una en el tobillo izquierdo. En Estados Unidos ganó varios campeonatos.

Cuando él era adolescente vuelven a mudarse a Estados Unidos, y le tocó vivir el impacto por la muerte de John Lennon. Para Álvaro, esta segunda pasada por el país del norte, fue difícil. Fue un año y seis meses, pero para él fue mucho tiempo debido a la soledad que sentía. Sus papás lo acompañaban, en cambio su hermano Fernando siempre se integró. Es más, al salir de cuarto medio en Chile, regresó a EE.UU. y entró a la Fuerza Aérea, y aún continúa viviendo allá.

Ante la pregunta de por qué entró a estudiar Derecho, Álvaro responde que no sabe, riendo nuevamente. Reconoce que es muy disperso. Se tituló de Periodismo el año pasado y también hizo un diplomado en Derecho penal y procesal porque “su carnet dice abogado” y se ríe. “Yo necesito honrar algo que hice y que en algún momento dejé ahí”. Agrega que la segunda razón para hacer ese diplomado es: “Si yo trabajo en una radio informativa, yo tengo que estar al tanto”.

Además, sigue haciendo cosas como actor. El año pasado hizo por streaming, una obra que la hace desde hace cuatro años que se llama “Todas esas cosas maravillosas”. “Es un monólogo con participación especial de gente. Cada vez que he tenido tiempo, lo hago en el Teatro La Aurora. Junto a 50 personas y mantengo vivo eso y hago ese ejercicio teatral que es muy útil porque ayuda a personas con depresión”.

El día que decidió actuar, se fue a inscribir a la Escuela de Teatro de Fernando González luego de salir de un examen de Derecho Comercial. Paralelamente, estudió ambas carreras.

¿Cómo llegó a la televisión? Revela que es aún más complicado: Cuando dio su examen de teatro estaba Pancho Reyes en el público. Ellos ya eran amigos porque Álvaro conocía la compañía donde estaba Pancho Reyes porque su profesor estaba en la misma compañía, y ahí mismo estaba una actriz que era su amor platónico: Amparo Noguera, con quien pololeo alrededor de dos años. Agrega que no se acuerda mucho porque comenzó a carretear. Pero sí vivieron juntos. Y es ahí en donde él se apura en decirle que sí a la TV, ya que Amparo era profesional entonces él también tenía que trabajar. Estaba angustiado y lo llamaron de TVN para participar en la teleserie del segundo semestre: “Ámame”.

La cantante argentina María Jimena Pereyra habla de la maternidad y de la discriminación por ser lesbiana.

Este miércoles, Martin Cárcamo se trasladó hasta Curacaví, a la casa de la cantante María Jimena Pereyra, quien junto a su pareja Tania, abrieron su intimidad y conversaron de todos los temas.

María Jimena y Tania juegan fútbol para Curacaví. Tania fue Seleccionada Nacional y jugó en Audax Italiano, hasta que se cortó los ligamentos. Ambas se conocieron jugando a la pelota. Se enfrentaron y a María Jimena le tocó marcar a Tania.

María Jimena es hincha de Estudiantes de la Plata y en Chile de Huachipato, aunque Tania es de la Universidad Católica.

Tienen diferencia de edad de 15 años, pero a ellas las ha beneficiado. “Miramos las cosas diferentes”, dice Tania. “Son dos visiones diferentes, pero lo bueno es que yo le doy mi opinión, ella la suya y llegamos a buen puerto”, añade María Jimena. “Me trajo toda la energía necesaria. Me rejuveneció mil años”.

Reconoce no haber tenido una relación buena con su mamá “por cómo se fue dando mi vida. Creo que a mami no le gustaba porque cuando comienzo a cantar lo hago muy pequeña. A los 11 años comienzo en esta carrera, que es el sueño de papi. Desde que me escuchó cantar dijo que yo me tenía que dedicar a esto y fue él quien me llevó al casting para trabajar en Buenos Aires”. Por estar en Buenos Aires dejó de lado el colegio, y cuando firmó contrato a los 13 años, comenzó a vivir una vida de adulta, y era eso lo que su mamá no quería que pasara. “Recuerdo las discusiones a puerta cerrada de mis papás. Mi mamá decía que la nena tiene que vivir una vida normal porque cuando sea una adulta lo va a sentir”. Ella no entendía y sentía que su mamá no la apoyaba. “Ahora de grande la comprendo perfectamente. Si yo fuera mamá hoy, no permitiría hacer lo que hizo papi conmigo porque perdí muchísima parte de mi adolescencia.

María Jimena se siente responsable del embarazo adolescente de su hermana. “Es mi culpa porque ella tenía su novio en el pueblo y queda embarazada. Tenía 17 años y el novio 15, y creo que lo hicieron para no separarse. Fue un tema porque ellos lo querían tener. Mis padres tuvieron que hablar con los padres del novio porque era menor.

Martín pregunta cómo han sido estos años, y ella responde: “Han sido los más bellos que he tenido. Tiene que ver con la madurez, el hecho de estar haciendo lo que me gusta. He estado muy estable en cuanto al trabajo. Ha sido una etapa de crecimiento y de tomar conciencia con la vida”.

“Siempre fui de entregarme mucho. Nunca me he preocupado de estudiar ni de analizar, uno siente nada más. Recuerdo desde muy pequeña hacer deportes con hombres, siempre me gustó jugar a la pelota. Era la única mujer en el equipo del pueblo. En esa época tampoco uno tiene la sexualidad desarrollada, pero me encantaban los niños, tuve noviecitos, y mi novio de adolescencia. Pero a esa edad empieza la inquietud de observar, de mirar más a una compañera o a la profesora de danza, pero tenía mis novios. Nunca viví la sexualidad con ningún prejuicio. Siempre fui muy libre. No me importaba si tenía novio o novia”.

Asegura que nunca lo habló con sus papás. “Ellos sabían. Quizás no lo hablaban abiertamente. Yo llegaba con una amiga y después me veían con mi novio. No sé si llamarlo bisexual, pero pasé por una etapa en que tuve novio, pasé a novia, y luego a novio, y nunca me lo planteé como algo extraño. Nunca me senté con mis padres a decirles ‘soy así’. Nunca me lo preguntaron o lo daban por sentado. Me acuerdo que para la época de ‘Rojo’ en que se especulaba tanto, mi papá me dijo 'tú juega con eso, juega con la ambigüedad, como Miguel Bosé. Da lo mismo lo que piense la gente, tú juega, sácale partido’”.

Junto con Tania quieren ser madres. Han hecho 6 intentos de inseminación artificial y también tratamiento in vitro. Todos los tratamientos han sido con Tania porque Jime no puede ser mamá “porque me hicieron una histerectomía por lo que no podría ser mamá. Me hubiera encantado en todo caso. Si hubiera tenido la opción, habría sido yo”.

Tania dice que este proceso ha sido “desgastante y cada vez se va rompiendo una ilusión. La primera vez empecé súper ilusionada. Bueno se rompe esa ilusión y así en seis intentos”.

Es un tratamiento costoso y no tienen donante, por lo que tienen que elegirlo. Es un seguimiento a los ciclos de Tania, inyecciones de hormonas. “Se supone que quedar embarazada es bien complicado. No es tan simple. El porcentaje de que funcione es de un 12 o 15 por ciento”.

Ante todo el proceso y de si lo van a seguir intentando, Jimena dice que “Siempre espero que sea ella la inicia la conversación porque sé que todo el desgaste lo está haciendo ella, física y mental. Yo en este caso soy una compañera. Tengo todas las ganas de ser mamá, me encantaría, doy la vida por ser mamá, pero no la puedo forzar a ella a que pase por una situación así si no quiere. Tengo que respetar sus tiempos”. Mientras que Tania dice que “no me imagino una vida sin un hijo. Trabajo con pacientes, me gusta la rehabilitación con niños y los miro, y no me imagino la vida sin eso. Siento que no podría no tenerlo, no vivirlo. Pero a la vez, también digo ‘chuta ¿y si no?’ ¿cuántas mujeres no pueden ser mamás? Quizás yo tampoco. No soy nada especial para que sí o sí sea mamá. Puede ser que no, que no salga y no se cumpla no más”.

Martín les pregunta por la adopción fuera del país. Ambas reconocen que lo han conversado porque en Chile no es una posibilidad ya que tendrían que separarse para poder adoptar como mamás solteras. “No nos dan ni siquiera la opción de que nos evalúen y ver si estamos capacitadas o no para permitirnos adoptar” afirma Jimena.

Martín Cárcamo obtiene su primer tatuaje y Mauricio Pinilla se refiere a los despilfarros y excesos en su carrera en “De tú a tú”: “Me arrepiento totalmente de las estupideces que hice”

Mauricio Pinilla abrió las puertas de su hogar y de su intimidad para conversar de su carrera, de su familia, de sus escándalos y sus excesos.

Al llegar, Mauricio dice que acaba de mudarse a esta casa por lo que recién está armando la casa. Ahí están viviendo él con su señora, sus tres hijos y la mamá de él, más la señora que les ayuda. Tiene dos gatos: Dante y Bianca.

A Martín le llama la atención una gran caja fuerte y Pinilla le cuenta que está vacía porque se lo robaron todo, la vez que dos ladrones entraron a su casa: joyas, relojes y dólares. “Para los niños fue bien traumático. A veces dormíamos los cinco en la cama, la puerta con llave. Nos tuvimos que asesorar con psicólogo”.

Cuenta que ha jugado 14 horas seguidas de juego online y que le gusta jugar “Call of Duty”.

El ex futbolista jugó su último período en Coquimbo Unido. “Me pegó la previa del retiro porque viví un proceso físico muy malo. Se me reventó el menisco externo de la rodilla derecha, por desgaste. Ya lo tenía operado, entonces cedió la sutura y se reventó. Hablé con el dueño del club, le dije ‘mira, voy a hacer todo el sacrificio para poder volver. Quizás puedo darle una mano al equipo en las últimas fechas para que nos salvemos del descenso’. Y al mes y medio volví a jugar, pero una rodilla inflamada todos los días, me sacaban tres o cuatro jeringas de líquido día por medio”. Cuenta que jugaba filtrado y no podía caminar bien. Su señora y su papá fueron quienes le hicieron ver lo que estaba pasando y las consecuencias que podrían conllevar.

Comenzó jugando en el Colegio Don Bosco. Lo querían de la U, de Colo-Colo y la Católica y como era de la U, César Vaccia se lo llevó al plantel azul. Me hicieron una prueba y quedó, y a la semana siguiente debutó jugando ante Colo-Colo con la sub 9. Hizo dos goles y ganaron el clásico. Salió goleador de todas las divisiones. En el 2003 jugando por la U, debuta en la Selección Chilena jugando muy bien.

A los 18 años se va a Italia al Inter de Milán. Sus primeros años en Europa dice que no asumió lo que estaba viviendo. “Entré en el ruedo de llegar a Europa de ver todo bonito. Era todo lo contrario, había que ser el doble de profesional, había que preocuparse más de los detalles, y yo llegué como si hubiera llegado a Disney. Lo único que esperaba era que terminara el entrenamiento para irme a hu*v**r. A esa edad no existía el cansancio pero al final te pasa la cuenta igual. Todo lo contrario a lo que tiene que hacer un deportista de alto rendimiento, yo lo hice”. Afirma que no con drogas, pero si carrete y copete. “No existía la caña en ese tiempo. Andaba bien. Al principio sí. Pero después lesión muscular. El físico te pasa la cuenta. Yo tenía una estructura física importante, muy trabajada y empecé a vivir esos procesos desenfocados del deporte, y me tocó una lesión muscular con 19-20 años, que no es normal que te lesiones tanto muscularmente. Yo estaba haciendo las cosas mal”.

Y cuenta una anécdota: Estaba en una discotheque con algunos compañeros. Él estaba arriba de la mesa bailando, se sacó la polera, y mira hacia un lado y había un dirigente del club mirando. “Multa por 20 mil euros y no me citaron para el partido del fin de semana. Dos semanas sin convocarme”.

Señala que “Los más jóvenes debutan y lo primero que piensan es en el auto, te estoy contando lo que yo hice. A los 18 años llegué con un convertible a entrenar. Lo primero que me había dicho Víctor Hugo (Castañeda) ‘mira cabro de m**rd*, no te quiero ver con un convertible acá como todos los pendejos tontos’. Y ahí llegó el h***n con el convertible. Eso es lo que creo, que hay que educar a los más jóvenes porque creen que debutando en el primer equipo tienen la pega hecha y no es así. El fútbol no es como que tú te pegaste un buen negocio y te salvaste la vida. La exigencia es tan alta que no te puedes dar el respiro. Tienes que sacarte la cresta y después disfrutar. Por algo es una carrera tan corta, porque tienes que sacarte la cresta y después tienes la posibilidad de recoger todos esos frutos y disfrutar tu vida más adelante. Es un sacrificio súper grande. La gente cree que es llegar, jugar y la vida bonita, pero no. Yo lo pasé mal, pésimo. Me arrepiento totalmente de las estupideces que hice porque era el h**n que se gastaba 40 o 50 mil euros por noches. Mira el nivel de inconsciencia que produjo esta fama, estos contratos. Yo estaba muy bien educado para ser un futbolista profesional, pero son cosas que uno no se espera, que no está acostumbrado a vivir. Es tan fuerte el cambio que me pegó fuerte y tiré a la basura todo lo que había hecho de pendejo. En cuatro años tiré el trabajo de 12 años”. Y concluye: “Te sacaste la cresta desde pendejo, te perdiste una cantidad de cosas en tu vida ¿para esto? Para botar tu carrera en dos años”.

Recuerda que no tenía problemas con el alcohol, pero se escondía en él. “Era la salida que tenía. Y al otro día no me podía levantar”. Ahí el club lo convencen de ir a terapia en España. “Estuve en una clínica psiquiátrica en Marbella, estuve dos semanas internado, con actores y actrices muy famosos. Era un hotel cinco estrellas del que no podíamos salir, que estábamos con terapias y medicación. Teníamos actividades todo el día, grupales e individuales”. Dice que los primeros días fueron pésimos. No quería interactuar con los demás, no ayudaba en las terapias. “Ahí me di cuenta que estaba tirando mi vida a la basura”. Con su pareja no se hablaban mucho. “Yo no quería a nadie al lado. Estuve solo meses. Estaba enfermo”. El diagnóstico era depresión y ansiedad generalizada.

Tiene buena relación con todos, pero habla más con Arturo Vidal y Gary Medel, se comentan en Instagram. “Ahora los tengo que catetear porque tienen que trabajar conmigo. Estoy de la parte opuesta, yo les hincho las pelotas para que den una entrevista”. Por otro lado, “Alexis es bien cerradito, pero se junta con la gente con la que se lleva mejor”. Recuerda que se conocieron cuando Nelson Acosta llevó a Sánchez a entrenar a la Selección y ahí estaba Pinilla.

Tiene más de 40 tatuajes, entre ellos la Copa América de 2015. 

Ahora no se ha depilado porque ya no se está haciendo masajes ni actividad física, pero cuando Martín le pregunta si le ha pasado algo con la depilación, Pinilla cuenta que cuando llegó a Italia, todos se depilaban. Compró una crema para depilarse, pero también la usó en los testículos y se quemó. No pudo jugar ni ir al baño, causando la risa de todos.

La señora de Mauricio, Gisella Gallardo, se une a la conversación. Reconocen que estaban distanciados porque la pandemia les afectó y que él estaba en Coquimbo. En broma dice que él se hizo adicto a la play station. “Yo viajaba mucho a Santiago porque me aburría allá, porque no era mi ciudad, no conocía a nadie. Pero no fue una separación para toda la vida. Yo estaba feliz en Santiago, estaba con el tema del cambio de casa, y Mauricio estaba en Coquimbo, que no sabía si iba a seguir jugando. Yo sentía que él tenía que parar de jugar porque lo veía cojeando, que apenas se levantaba de la cama, adolorido. Ya no jugaba con los niños, no podía andar en bicicleta con los niños entonces él no entendía que había envejecido (y se ríe) para el fútbol. No sé si le pasará a la mayoría de los deportistas que van creciendo y ven que se les está terminando la carrera y no quieren que les pase. Verlo como que estaba sufriendo y quería seguir jugando. Yo estaba colapsada así que dije ‘me voy a mi casa’”.

Ambos dicen que cuando discuten se bloquean: Él de las redes sociales o le corta el teléfono, y ella lo bloquea de whatsapp, dejándolo sin la oportunidad de responderle.

El desafío que le costó un tatuaje a Martín: Cada uno tira tres penales. El que gana elige un tatuaje para el otro. Un tatuaje real. En el último penal, el que definía todo, Pinilla distrae a Martín y hace el gol, por lo que el animador debe hacerse el tatuaje. Para eso, el artista Marlon Parra llega a hacerle su primer tatuaje, el cual resulta ser una gaviota.

¡Aquí el resumen con los mejores momentos y no te pierdas una nueva semana con nuevos e interesantes invitados y sana conversación en "De tú a tú"!

 

 

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