"Somos el fighting club de los esports" Entrevista a Kaneblueriver
Entre la escena de fighting games en Chile es uno de los más antiguos y conocidos, pasando sus días entre Japón, Estados Unidos y Chile. De vez en cuando puedes estar en un viejo local de consolas de arcades frente a la Moneda en Santiago Centro y ver entrar a un tipo que humildemente se sienta a jugar con su stick dorado sobre las piernas, ese stick que solo tienen los ganadores de la EVO.
KaneblueRiver se coronó campeón de la EVO en Ultimate Marvel vs Capcom 3 en Las Vegas durante el año 2015, luego de años de una lucha intensa por dedicarse a los esports en la región y afuera del país, decidió que si su sueño era vivir como jugador profesional, Chile no podría seguir siendo su hogar. Este fin de semana, Kaneblueriver demostró que sigue siendo el mejor coronándose campeón de UMVC3 por segunda vez en la EVO, esta vez en su edición japonesa.
Generalmente, la escena de esports en los fighting games es muy variable y los títulos que participan en los mayores torneos rápidamente se ven reemplazados cuando una nueva edición del juego llega al público, pero UMVC3 ha logrado mantenerse vigente gracias a la comunidad, quienes simplemente no querían competir en Marvel vs Capcom Infinite después del fracaso del título.
De todas formas “ningún juego se deja de jugar completamente, siempre habrán instancias competitivas para todo, solo que no en la vanguardia del tema esports donde se manejan las posibilidades de mayores en tema de recursos, sponsors, etc.” nos cuenta Kane desde Japón, país donde vive hace dos meses “vengo por el tiempo que pueda, me quedo donde me dejen” nos agrega.
Al verlo tan lejos de su ciudad natal, se nos hace imposible no preguntarle por las oportunidades para sugir acá en Chile siendo un jugador de fighting games. “La comunidad fighting está desde el principio, desde antes de los esports, y no dudo que sobreviva incluso después, pero la posibilidad de capitalizar mediante este género se encuentra afuera, no en LatAm, ya que a diferencia de otros géneros donde son 1 o 2 juegos los que concentran el grueso de la acción, en este género hay muchas compañías que desarrollan juegos de pelea, y al venir de mayoritariamente de Japón, donde recién el año pasado los esports se volvieron un tema, o de EEUU, donde LatAm no es una región que tengan en consideración para temas esports, claramente no dan herramientas para poder hacer crecer la escena”.
Al conversar con él sobre números de jugadores y crecimiento del ecosistema, el panorama no se hace mucho más alentador: “En Chile, la verdad no veo mucho aumento del tema de números, fuera de cuando aparece un juego nuevo, por el tema de moda, es cosa de comparar con el esport más cercano, que es Smash (que es probablemente el único otro tipo que demanda estar en el mismo lugar físico que el/los oponentes, y que online no es más que una opción para entrenamiento), que en el mismo Santiago, la última vez que me enteré, los eventos semanales llevan entre 50-80 personas, mientras que incluso los juegos de pelea "del momento" en un muy buen día llevan 20 a su evento semanal.”
Vemos a League of Legends triunfando con una Liga llena de auspiciadores, nos asombramos con la cantidad de gente que reúnen juegos como Counter Strike o Fortnite en sus distintos torneos y nos preguntamos, ¿por qué los fighting games ya no mueven esa cantidad de gente? Kaneblueriver nos explica que la base del problema es que “el género está obsoleto, porque fue desarrollado para encantar a una generación con intereses e inquietudes muy distintas de la juventud actual. Lo que tiene para ofrecer un juego de pelea, no es algo que le interesa al joven de hoy, en su mayoría, con algunas excepciones, claro.”
Ante este conflicto, intentamos buscar soluciones, le preguntamos si el problema era el contenido. ¿Si más medios, influencers, youtubers, etc generaran contenido relacionado al competitivo, más gente se interesaría en participar? ¿Sería el empuje necesario para que el género surja? Otra vez, chocamos contra una pared. “A la gente de la región no le interesa ver contenido de la misma región, y a la gente de afuera no les interesa ver contenido de LatAm, es una región mirada muy en menos, e incluso afuera, los pocos creadores de contenido dedicado, que hay un par que son excelentes en mi opinión, no están ni cerca de tener los números que tienen otros géneros.”
En este ecosistema que se siente pequeño, íntimo y hasta familiar de esports, las competencias se mantienen vivas por los jugadores, gracias a los jugadores y para los jugadores. Kaneblueriver nos confirma que al momento de financiar los premios la lógica es la misma “el 99% de los torneos el único premio es la plata que nosotros mismos ponemos en el pozo... la analogía es que si los esports grandes son deportes convencionales, nosotros somos el "fight club", yo creo que soy mejor que todos los que están en la sala, todos los demás piensan igual, y todos ponemos un pozo, y el que gana, se lo lleva todo.”
Por lo que nos cuenta, fuera de la región el ambiente no es mucho más prometedor, por lo menos hablando de dinero, pero que la satisfacción y motivación de quienes quieren crecer, mejorar y desarrollarse en los fighting games es lo que los mantiene vivos y vigentes, incluso sin el apoyo de las empresas y marcas. Las estrictas leyes de Japón con respecto a los premios también es una limitante grande y “ casi nadie lo hace por el dinero, el juego es su pasión y todo su tiempo libre se lo dedican a eso”.
Queríamos preguntarle qué hará con el premio que ganó en esta EVO Japón, pero nos cuenta el contenido de su botín de número uno: “gané una bonita medalla, una polera "conmemorativa" de cup noodle y un case de 12 cup noodles (sopitas individuales instantaneas)... y los cup noodles se los regalé al amigo que me alojó antes del Evo, en Osaka.” Ante nuestro asombro, nos cuenta otros premios que ha recibido en distintas competencias: “al menos fue mejor que ese torneo de Marvel acá en Japón que gané hace unos años donde gané unos blurays de JAV de maduras ( videos de pornografía) o ese otro torneo donde gané un onahole (vagina de silicona) entre otros premios”.
De todas formas, Kane sigue creyendo en los fighting games y continúa con su lucha por vivir como jugador profesional, antes de despedirse, aconseja a esos jugadores casuales que, compraron un juego de pelea y se dieron cuenta que podían llegar a ser buenos, a aquellos que no saben cómo empezar y sobre todo, a quienes aman el juego más allá de los premios o cupnoodles:
“SALGAN DE SU CASA, busquen su comunidad más cercana, intégrense, hoy en día hay más material e información que nunca, los juegos de pelea están más accesibles que nunca y como a diferencia de los esports convencionales que solo hay 1-2 juegos relevantes por género, juegos de peleas "actuales" hay por montón, veo IMPOSIBLE no encontrar al menos uno en que uno se sienta a gusto. El primer choque es el más fuerte, cuando uno le gana a los amigos, y se entera que hay más gente que juega, va a donde están, y se da cuenta que NO TIENE IDEA de esto, y ahí es cuando ocurre el punto de inflexión. La gran mayoría se da por vencido o no acepta el hecho y desaparece, especialmente hoy por hoy, pero unos pocos dicen "esto no se va a quedar así", y para esa gente, la puerta siempre estará abierta para volver, entrenar y seguir mejorando. Si pierdes, vas a tener que aguantar la L, pero mientras la L sea de "lección" y no de "loser" nunca realmente pierdes, porque solo pierdes cuando no estás aprendiendo”