Scott Pilgrim vs. The World: The Game | Review | Recuperando el tiempo perdido

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Hablar de Scott Pilgrim es hablar de una película de culto para una generación, con una historia de amor nerd-fantástica, que mezcla la realidad de un enamorado (Scott) y esa chica que parece imposible, Ramona Flowers, quién acepta su amor pero con una misión muy particular de por medio, derrotar, como en un videojuego, a sus 7 ex novios.

Es así como afrontamos este Beat‘em Up en 2D que nos trae recuerdos de muchos juegos del género, cada vez más escaso, pero que en el último tiempo ha tenido varios “revival” con títulos como Street of Rage 4 o Battletoads.

Rápidamente a las calles con Scott Pilgrim 

No hay mucho de historia al comenzar a jugar como si se asumiera que todos vimos la película y sabemos de qué se trata y cuál es nuestra misión. 

Nuestro mapa nos recordará rápidamente a Super Mario Bros. 3 o Super Mario World, pero acá tendremos la ciudad y las 7 estaciones para derrotar a los 7 ex de Ramona. Todo muy simple.

Un Beat’em up clásico

Desde el primer minuto nos enfrentaremos con un videojuego que lleva a nuestro personaje por las calles, golpeando rivales, recogiendo objetos para luchar y también como premio al derrotar enemigos, principalmente dinero, el que podremos usar para comprar cosas que nos ayuden en las misiones futuras y recuperar energía o poderes especiales. 

Dentro de los escenarios, podremos ingresar a una serie de tiendas que nos ofrecerán diferentes alternativas para comprar cosas, desde objetos varios hasta un burrito para comer. Todas las opciones mejorarán el estado de nuestro personaje.

En lo que tiene que ver con lo jugable, tendremos 4 opciones básicas: patadas, golpes de puño, salto y defensa. A partir de estos botones, podremos ir generando nuevos golpes y combos a medida que vamos avanzando, ampliando así nuestras opciones de movimientos y convirtiendo a nuestro personaje es alguien más poderoso en vista de la dificultad que va adquiriendo el juego cuando avanzamos.

La jugabilidad en sí, es aceptable, considerando que es un juego que no tiene un upgrade en lo jugable y se presenta tal cual hace 10 años, con detalles menores que a veces hacen un poco incómoda la aventura, movimientos de los personajes un poco toscos y alguna dificultad para darle fluidez a las peleas con enemigos que por momento cuesta golpear dependiendo del lugar donde estén en la escena.

Si todo lo jugable lo vemos con ojos de nueva generación, le podemos encontrar muchos detalles, pero si nos basamos en que es un juego que emula lo clásico y que ya tiene 10 años, se hace un buen juego luego de “tomarle la mano” y comenzar a divertirnos.

Lo clásico, también en lo visual y banda sonora

Visualmente, Scott Pilgrim tiene un estilo totalmente 16 Bit, desde el diseño de personajes, enemigos y de los escenarios. Este estilo también nos hace condicionar la forma en que se juega y que comentamos anteriormente.

Si en gráficos todo apunta al pasado, la banda sonora no podía ser de otra época y tanto la música como los sonidos del juego se complementan perfectamente para darnos una experiencia redonda, entretenida y desafiante.

Nuevos modos para extender la entretención

Scott Pilgrim suma varias opciones para que no nos quedemos solo en el modo historia. Es así cómo podremos encontrar 4 modos de juego (Balón, Survival, Batalla y “Boss Rush”), los cuales podrán ser disfrutados en modo multijugador, al igual que el modo historia, añadiendo más emociones junto a nuestros amigos o desconocidos de turno.

Comentarios finales

Scott Pilgrim vs. The World: The Game es un título muy recomendado para quienes son fanáticos de esta película y también para quienes aún disfrutan de juegos Beat’em up que además, nos llevan varios años al pasado debido a su estética.

En el caso que busques un juego de acción más orientado a las nuevas generaciones, este no es tu juego, ya que te parecerá “añejo” y un poco “duro”, a la hora de evaluar su jugabilidad.

De todas formas, recomendamos este juego, para pasar un buen rato pegando combos y patadas en busca del amor imposible de Scott.