By María: el emprendimiento chileno que convirtió los pickles en una experiencia gastronómica en Ñuñoa
En "La aventura de emprender", conocimos el local de Lucas Irribarren en el que no solo vende sus famosos pickles artesanales: también tiene barra, sándwiches en marraqueta, cervezas y un espacio para eventos con alma chilena.
Ubicado en San Eugenio 40, a pasos del Metro Irarrázaval, se encuentra By María, la fábrica chilena que convirtió los curtidos en una opción gastronómica. Este proyecto, que fue el protagonista de La aventura de emprender, fue creado por dos hermanos y se expandió hasta una tienda de pickles y sanguchería con bar.
En el nuevo episodio de La aventura de emprender, el conductor François Pouzet llegó hasta la comuna de Ñuñoa para conocer a Lucas Irribarren, dueño y fundador del emprendimiento chileno By María, el local que se ha ganado un lugar en la cocina nacional. Su local, fundado junto a su hermana Manuela en 2012, comenzó como un hobbie y ahora tiene una línea propia de encurtidos, salsas, picoteos y sándwiches.
By Maria y Barra de Pickles: el emprendimiento chileno de curtidos que conquista Ñuñoa
Durante el programa, Irribarren, diseñador de profesión, le contó a François Pouzet que By María nació casi por casualidad. Todo partió tras probar una receta de pickles caseros hecha por la abuela de una amiga en el sur del país. “Nos encantó tanto que le preguntamos la receta y comenzamos a prepararla como algo para invitar amigos”, recordó. Y lo que comenzó como una receta compartida para recibir a sus invitados en su hogar, se convirtió en un fructífero negocio. Incluso, uno de sus amigos quiso comprar la preparación de salsas y pickles para añadirlos a su negocio de sándwiches.
Con esto en mente, los hermanos Irribarren empezaron a experimentar con salsas y productos propios. Esa fue la génesis de un negocio culinario que les daría una razón de existir. Lucas Irribarren también comentó que su hermana estaba sin trabajo, por lo que la idea de un proyecto de cocina podría ayudarles. Así que decidieron dividir tareas: “Tú sigues haciendo la parte de diseño y yo salgo a ofrecer el producto”, dijo el fundador de By María sobre el trato. Ella recorría locales con un frasquito en la mano y una tarjeta en el bolsillo, visitando los lugares de comida que les gustaban. “Fue muy bonito, porque el éxito del sabor fue superrápido”, rememoró Irribarren.
Así nació By María, una marca en el que su producto estrella fueron los pepinos dulces, y rápidamente el catálogo se amplió: piña con ají, cebollas encurtidas, mix de verduras, kétchup, kétchup picante y sriracha casera. Todo hecho a mano, con ingredientes locales y un enfoque artesanal que hoy define el espíritu de la marca.
Pero no solo comenzaron a vender su producto, sino que fundaron Barra de Pickles, una pequeña sanguchería que abrió originalmente en la Factoría Franklin, con una propuesta simple y deliciosa: sánguches en marraqueta, con fiambres, quesos y sus pickles como protagonistas. Luego se mudaron a un local a Peñalolén, pero tras perderlo todo en un incendio se mudaron a Ñuñoa, donde se encuentran actualmente.
En poco tiempo, la barra volvió a llenarse de fieles clientes que pedían sus salsas, curtidos y sándwiches. El espacio también está pensado para realizar eventos, con capacidad para hasta 80 personas, ideal para celebraciones, lanzamientos y encuentros con sabor.

