Expertos en salud y sociedad analizan los principales desafíos que enfrentan las personas mayores de 50 años en Chile, desde la menopausia y andropausia hasta la discriminación laboral y las pensiones.

Mejorar la vida de las personas mayores de los 50 años de edad es un desafío que tiene el país. Por esa razón es que la periodista y conductora de “Hablemos de Chile”, Lucía López conversó sobre este tema con Soledad Vallejo, médica ginecóloga y presidenta de la Sociedad Chilena de Climaterio, y Esteban Calvo, sociólogo e investigador del Centro de Investigación en Sociedad y Salud (CISS) de la Universidad Mayor.

Las personas mayores de 50 años en Chile se encuentran en una etapa de la vida que, aunque a veces parece invisible, es un período diverso y decisivo, marcado por importantes transformaciones físicas, emocionales y sociales. De acuerdo con los especialistas, este segmento etario, definido arbitrariamente como "50 y más", enfrenta condiciones particulares junto con otras que son históricas y propias de la edad.

Algunas de estas situaciones están relacionadas con los cambios fisiológicos que experimentan hombres y mujeres, como la andropausia y la menopausia. Estos procesos alteran los niveles hormonales, provocan dolores corporales, cansancio, un metabolismo más lento y aumentan el riesgo de padecer enfermedades crónicas, cardiovasculares y deterioro cognitivo.

Aunque Chile cuenta con un sistema de salud relativamente sólido y con orientaciones técnicas para el climaterio desde 2012, existe un grave problema de falta de educación e información entre los médicos sobre cómo prescribir terapias hormonales para la menopausia. Esto ha llevado incluso a que algunos medicamentos lleguen a caducar. Por otro lado, los hombres no suelen acudir al médico —especialmente al endocrinólogo— por problemas de baja testosterona, en parte debido al machismo con el que crecieron.

A esto se suman crisis emocionales, dificultades en las relaciones y altos niveles de estrés que también influyen en su vida cotidiana. Al llegar a los 50 años, muchas personas comienzan a calcular sus ahorros y su futura jubilación, y cuando se dan cuenta de que su panorama no es favorable, aumenta su angustia.

Por otro lado, aunque poseen amplia experiencia y trayectoria, sus sueldos elevados pueden dificultar la búsqueda de nuevas oportunidades laborales. Además, quienes enfrentan problemas para encontrar empleo o contratos indefinidos sufren discriminación por edad. Muchas empresas consideran a las personas mayores de 50 años como “desechables”.

Además, los académicos Esteban Calvo y Soledad Vallejo señalaron que la partida de los hijos del hogar y la muerte de los padres de esta generación marcan, para muchas personas, una etapa de mayor aislamiento y soledad. Esta última constituye un importante riesgo para la salud, ya que el deterioro de la salud mental puede potenciar hábitos nocivos, como el aumento en el consumo de azúcar, alimentos poco saludables o incluso el desarrollo de adicciones.

¿Cómo mejorar la vida de las personas mayores de 50 años?

Para promover un envejecimiento saludable y feliz, los expertos entregaron una serie recomendaciones que se dividen en aspectos personales que pueden realizar cada individuo y otras mejoras que deben venir desde políticas públicas.

En este sentido, las recomendaciones para las personas mayores de 50 años es cuidado de la salud con alimentación saludable, actividad física, descanso adecuado, atención médica preventiva y de control, además de manejo del estrés. Incluso, se deben realizar actividades para la salud cognitiva como realizar tareas novedosas y cultivar relaciones interpersonales significativas.

Por otro lado, y frente a la materia de políticas públicas, se necesita mejorar la atención médica especializada para mujeres en climaterio y menopausia —con más capacitación médica y disponibilidad de terapias— y promover que los hombres busquen atención para problemas asociados a la andropausia. Al mismo tiempo, deben impulsarse políticas que combatan la discriminación por edad, fortalezcan las oportunidades laborales y educativas para mayores de 50 años y revisen el sistema de pensiones, reconociendo la creciente expectativa de vida y la valiosa experiencia de las personas adultas.