Villano de "Pasión de Gavilanes" sorprende con su nueva vida en Estados Unidos: "A mí me tocó duro"
Andrés Felipe Martínez, que dio vida a Malcom Ríos en "Pasión de Gavilanes", sorprendió a la redes sociales al revelar su actual faceta.
La teleserie "Pasión de Gavilanes", una producción colombiana de 2003, no solo se consolidó como un fenómeno televisivo en Latinoamérica por su apasionante trama y pegadiza música, sino que también catapultó a la fama a gran parte de su elenco. Sin embargo, no todos sus actores lograron mantenerse en la primera línea.
Este fue el caso del colombiano Andrés Felipe Martínez, 63 años, quien dio vida al villano Malcom Ríos, el astuto mayordomo que intentaba aprovecharse de las familias Elizondo y Reyes.
A pesar de contar con una trayectoria de tres décadas en la actuación, Martínez decidió dar un giro radical a su vida. Tras un divorcio y una difícil situación económica, optó por alejarse de los sets de grabación y buscar una nueva oportunidad laboral como conductor en Estados Unidos.
Villano de "Pasión de Gavilanes" se luce como chofer de una empresa de transportes en Estados Unidos
En conversación con el programa "Lo sé todo Colombia", Andrés Martínez habló de su nueva vida como repartidor en Estados Unidos, donde migró en busca de mejores oportunidades laborales.
“Cuando yo llegué, me dijeron que conseguir trabajo era fácil, pero no fue así. A mí me tocó duro, me tocaba levantar cajas de hasta 100 libras que enviaban a Colombia y Venezuela", empezó contando el villano de "Pasión de Gavilanes".
“Aquí se vive para trabajar. Trabajas, duermes, trabajas, duermes… y sin familia, es muy duro. Hay mucha soledad”, comentó el colombiano.
Y revela que después de intentar seguir el ritmo como repartidor, encontró un trabajo más estable en una empresa de transportes, donde se desempeña como conductor.
"Recibir un cheque cada 15 días, eso no tiene precio. Gracias a eso puedo enviar dinero y darles de comer a mis tres hijos, y eso vale más que cualquier otra cosa", afirmó.
Martínez señala que aún lo reconocen, e incluso, le piden fotos, pero no se desalienta. "A veces me dicen con pesar: '¡Pobrecito!', pero, la verdad, no me duele el ego porque estoy haciendo lo necesario para sacar adelante a mis hijos", sentencia.
