"El camello valía más que yo": Miguelito revivió crudo episodio que vivió en un circo peruano
El ex participante de "Palabra de Honor" y de "Tierra Brava" reveló inéditos detalles sobre sus duros inicios en el mundo circense.
Miguelito tuvo un momento de sinceridad y reveló inéditos detalles sobre sus duros inicios en el mundo circense en Perú, su país natal. Este viernes, un nuevo capítulo de “Podemos Hablar”, Hans Malpartida Esparza conocido por su rol en Detrás del Muro (CHV) y su actual éxito internacional como “Cosmolito” en el Cirque du Soleil, revela su historia más difícil, conmovedora y resiliente de su vida.
El comediante detalló cómo fueron los abusos físicos y psicológicos que sufrió trabajando en un circo peruano a inicios de su carrera. “Es difícil recordarlo. Es muy triste. La gente piensa que uno llega al éxito de la noche a la mañana… pero el camino siempre es pedregoso. En mi caso, fue algo muy cuático”, comentó en el programa de CHV.
De hecho, Miguelito reveló que fue encerrado con llave durante varios días, siendo víctimas de fuertes maltratos y manipulación. “Recuerdo las primeras cachetadas. Yo me quedé ahí, firme… y se me empezaron a caer las lágrimas”, expresó.
Aunque eso no fue todo, ya que en una ocasión quisieron intercambiarlo por un animal, provocando un quiebre en su vida. “El tío Gastón Maluenda les dice a los dueños del circo peruano: ‘Déjenme a Miguelito, elijan el animal que quieran’. ¡Y ellos dijeron que no! Entre bromas, yo digo: el camello vale más que yo”.
La nueva vida de Miguelito
Sin embargo, todo cambió en su primer viaje a Chile, cuando llegó con la compañía circense para actuar en el Teatro Caupolicán: “Nunca había tenido televisión con cable… usaba messenger y fotolog. Estaba embobado, porque venía de una familia humilde. Yo conocí la electricidad a los 11 años”, expresó.
En medio de ese entorno hostil, una amiga le tendió una mano y lo ayudó a escapar. Así llegó al Circo “Golden Circus”, donde su historia cambió para siempre. Pero el camino no fue fácil, ya que, al ingresar a Chile, no tenía documentos, lo que significó ser deportado y olvidarse de su gran sueño de conocer Chile. Pero como en todo cuento de hadas, llegó un amigo “angelito” que ayudó a Miguelito para que ingresara a nuestro país sin problemas.
