Daniel Valenzuela revela cómo vive la paternidad a distancia: "Me gusta que se desafíe"

A punto de cumplir cincuenta años, Daniel Valenzuela mira su vida con gratitud. Entre proyectos, amor y paternidad, el comunicador celebra una etapa de plenitud donde el éxito ya no se mide en aplausos, sino en paz y felicidad.

Hay palabras que nacen desde un lugar sereno, como si el alma hablara bajito. Así se percibe la voz de Daniel Valenzuela, el comunicador que —tras años de pantalla y radio— parece haber encontrado su propio equilibrio.

No se trata solo de proyectos ni audiencias, sino de una etapa donde el sentido se construye entre la familia, el trabajo y esa calma que, según confiesa, tanto agradece.

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“Estoy muy contento en TVR, en un matinal, con un bonito equipo”, comenta a Alfombra Roja, dejando entrever la satisfacción de quien disfruta lo que hace y actualmente es la animación de "Buenos días, Buenas tardes" por el canal de señal abierta.

En ese espacio, comparte conducción con Javiera Carvallo, y en sus palabras, el programa va encontrando su propio ritmo. A eso se suma su activa presencia en redes sociales, donde prepara cápsulas con contenido que lo entusiasma profundamente.

Pero Daniel no se detiene ahí: Generación Cassette, el proyecto que comparte con DJ Ultraman, se ha transformado en una verdadera fiesta de época que lo ha llevado por todo Chile, llenando espacios desde la minería, eventos corporativos, pubs y discoteques.

"No hemos parado, no hemos podido parar, hemos querido, pero no hemos podido. Tenemos mucha demanda, así que estamos muy contentos", manifestó entre risas, explicando que hacen fiestas de época de los '80, '90 y 2000.

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Daniel Valenzuela: La conexión con sus hijas y su novia

Su presente laboral fluye con energía; sin embargo, su corazón parece mirar más lejos, hasta el norte, donde su hija menor, Alondra -de 14 años-, escribe su propia historia.

Desde Vancouver, Canadá, la joven vive un proceso de crecimiento y descubrimiento que llena de orgullo a su padre: “Está feliz, conociendo mucha gente, se ha integrado bien, se ha hecho amigos brasileños, mexicanos, españoles, chinos, japoneses".

"Está estudiando inglés en un colegio artístico, tiene teatro, cine, comunicaciones, bueno, matemáticas, lenguaje", cuenta con ternura.

Hay una emoción contenida en sus palabras cuando habla de su hija. Dice que la ve por videollamadas, que su conexión se sostiene entre pantallas y risas compartidas.

“Me gusta que se desafía y con mucho esfuerzo y harta disciplina surte de todas las dificultades que se le han puesto, eso me gusta”, agrega, como quien reconoce en su hija esa chispa inquieta que también lo define a él.

Recordemos que Alondra, la actriz de la familia, se fue a Vancouver en agosto de este año a realizar una pasantía y volverá en febrero de 2027 al país, luego de haber estado un semestre perfeccionándose en su lado artístico. 

Y aunque la distancia siempre deja un vacío, la familia se encarga de acortarlo. La madre de Alondra, Paloma Aliaga, se encuentra actualmente en Canadá visitando a su hija, mientras que Daniel planea hacerlo a fines de octubre junto a sus padres. Luego, en Navidad, volverá, esta vez con su hija mayor, Eloíse -“la Elo”-, para celebrar los tres juntos, como un ritual de reencuentro.

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Eloíse, de 17 años, también ha heredado el pulso artístico de la familia. “Tiene su TikTok, canta, baila… está explotando todos sus talentos”, dice orgulloso.

Daniel nos detalla que, entre sus preocupaciones, su primogénita también se encuentra en sus pensamientos diarios, ya que se encuentra en su último año de enseñanza media: "Este es un año superimportante para ella", nos detalló a AR.

Ambas buscan su lugar en el mundo, ese que su padre desea que recorran con libertad y madurez.

“Uno espera, como papá, que sean felices. Que crezcan como seres humanos empáticos, trabajadores, pero sobre todo alegres”, reflexiona Daniel, dejando ver su esencia más pura.

Esa misma que hoy, junto a su pareja, Andy Sanhueza (fit model y coah), cultiva en la cotidianidad tranquila: “Estamos bien, tranquilos, en paz, que es importante. Ya casi dos años juntos, y felices.”

Una introspección de su vida

Al final, entre proyectos, viajes, hijas y amor, Daniel Valenzuela se detiene un instante para mirar lo recorrido.

“Soy un agradecido de Dios. Siempre desafiándome, un mensaje para todos: siempre hay que luchar por las cosas que uno quiere y, aunque eso demore más, voy por eso, es el camino correcto", analizó el comunicador.

Y mientras su voz se apaga al otro lado del teléfono, queda la sensación de que habla un hombre que, a los casi cincuenta, ha aprendido que el éxito no siempre se mide en luces, sino en la paz de saberse donde uno debe estar.