Con Jorge Valdivia a su lado: Daniela Aránguiz rompe a llorar por sus hijos
La hija mayor del matrimonio inició su último año escolar, lo que tiene a Daniela Aránguiz con emociones encontradas.
Daniela Aránguiz está cerrando etapas con sus hijos, y una de ellas es la escolar. Esta semana, la panelista de espectáculos se emocionó hasta las lágrimas luego de ir a comprar los útiles escolares de Agustina y Jorge Junior.
En el caso de Agustina, ya tiene 17 años y este 2025 cursará cuarto medio, proceso que tiene a su madre emocionada y sentimientos encontrados.
“Me veo tan ridícula chiquillos, les quería contar esto, es que estoy en el supermercado y la gente me mira porque estoy lloriqueando”, inició su relato en redes sociales.
“Estoy comprando el último uniforme y las últimas cosas de mi hija para el colegio, porque pasó a cuarto medio”, siguió.
“Es el último año que compro estas cosas, me da tanta pena, tanta pena”, reiteró.
“¿Cómo podemos hacer las mamás para que se queden chiquititos para siempre?”, se le oyó decir visiblemente emocionada.
“La gente me mira, qué pensará. Así más, no ando ni con lentes. Qué vergüenza”, cerró el clip.
Daniela Aránguiz explica su emoción
Tras la viralización del registro, horas más tarde, Daniela Aránguiz aprovechó la pantalla de “Sígueme”, donde es parte del equipo, en el que comentó lo sucedido.
“Lo que pasa es que yo estaba en el supermercado, y estaba sin lentes”, fue la primera aclaración.
“De repente, me puse a llorar por lo vieja que estoy, voy a cumplir 40 años este año. Me puse a llorar escogiendo los calcetines para el colegio. Entonces, yo lloraba, lloraba y hasta que de repente empecé a cachar que la gente que trabaja en el supermercado me miraba y de repente una sacaba el teléfono”.
“Yo no podía parar de llorar, este era un llanto muy exagerado. Y yo cuando… no lloro nunca, pero cuando lloro, lloro”, reconoció.
Avanzada su intervención, Daniela afirmó que la compra escolar la hizo emocionarse “pensé que iba a ser la última vez que me llama para decirme ‘mamá, me faltan los calcetines para el colegio’, una tontera, lo sé”.
“Me acuerdo que a la noche llegué a mi casa. Lloré abrazada de Jorge como media hora, y le dije: ‘no puedo creer que nuestra hija ya pasó a cuarto medio, ¿en qué momento pasó esto?’”, cerró.
