Este martes se confirmó el hallazgo del cuerpo de Pablo Escalona, ingeniero de 48 años que permanecía desaparecido desde la madrugada del sábado 6 de diciembre en Placilla de Peñuelas, en la región de Valparaíso. El descubrimiento se produjo en la laguna de Curauma, lugar donde personal de la Brigada de Homicidios de la PDI trabaja para determinar qué ocurrió en las horas previas a su fallecimiento.
Escalona había salido de su hogar alrededor de las 2 de la mañana de ese sábado, sin portar su teléfono celular. Las cámaras de seguridad de la zona registraron su último rastro justamente en el sector de la laguna, lo que permitió orientar la búsqueda en ese punto.
La familia del ingeniero relató una serie de comportamientos que les llamaron profundamente la atención antes de que se perdiera su rastro. Su sobrina Pamela señaló en el programa La Tarde es Nuestra: "Es un comportamiento inusual en él, no sale de noche. De pronto en la noche salió sin explicación alguna. Su señora en la mañana se dio cuenta que no estaba, fue a preguntar a conserjería y no estaba...". También explicó que al momento de su desaparición Escalona tenía sus manos vendadas debido a una operación reciente en la muñeca izquierda.
Los cercanos indicaron además que llevaba su billetera, aunque no existe claridad respecto a si portaba dinero en efectivo. A esto se suma que, durante los últimos meses, el ingeniero estaba bajo tratamiento médico y había presentado ajustes recientes en su medicación.
Pamela detalló que: "Fue el ajuste típico de un cambio de medicamento de tratamiento psicológico. El día anterior le habían recetado demasiados medicamentos, eran como 12, pensamos que algo hubo ahí que lo desorientó y lo llevó, quizás, a caminar desorientado. Algo le pasó a él en ese momento... No sabemos cómo más buscar", palabras entregadas antes de que se conociera la noticia de su hallazgo.
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