Tiene 28 años y se desempeña como cocinera del Centro de Detención Preventiva de Vallenar, lugar donde cumple una condena por 10 años, en la actualidad sólo tiene reclusión nocturna. Su madre, programas de televisión y talleres impartidos en el centro penal han sido su gran influencia en la cocina. 

Amorosa y perseverante, ve su experiencia de privación de libertad bajo una óptica optimista,  cómo una oportunidad para rehabilitarse y capacitarse. En ese sentido, la cocina para ella es una forma de reinsertarse en la sociedad y un instrumento para brindarle a su hijo una mejor calidad de vida. Sus días transcurren en la feria zonal, donde vende las verduras que cultiva en su propio huerto, y la casa de su familia. Por las noches, luego de hacer dormir a su hijo, regresa a la Penitenciaría.

 

Mayor inspiración al cocinar: La idea de superarse, salir adelante.

Especialidad: La comida típica chilena.

Su “última cena” antes de morir sería: Un salteado con camarones.

Mejor consejo culinario que ha recibido: Las medidas para preparar los platos están en tus manos.

Famoso, vivo o muerto, al que le haría una cena: Francisco Saavedra. “Me encanta su programa”, revela.

Plato favorito: Arroz con bistec, tomate y porotos verdes.

Tres ingredientes que no le pueden faltar: Cebolla, tomate y aceite de oliva.

Si fuera un sabor sería: Salado.

La música que escucha mientras cocina: Melendi, Ricardo Montaner y reggaetón.

Jurado favorito: “Los tres son profesionales, todos van a decirme algo que aporte”, indica.

Ex participante con que se identifica: Con ninguno.

Debería ganar la competencia: “Por mi historia de esfuerzo, por la situación que enfrenté durante tantos años. Me gustaría ganar para superarme y tener una vida estable”.

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