Tiene 32 años, es de Punta Arenas, fue criado en las Torres del Paine y trabaja como Arquitecto en la municipalidad de su ciudad. Vivió con indígenas en Guatemala, donde aprendió su gastronomía y su dialecto. La cocina siempre ha estado presente en su vida; cuando niño aprendió de su madre y, especialmente, de su abuela,  quien le legó su libro con recetas que ella preparaba.

Bondadoso y optimista, dice tener una gran memoria olfativa para recordar ingredientes. Fue ganador en las tres categorías de una competencia gastronómica amateur de Punta Arenas realizada en 2014.  En un futuro próximo, le gustaría tener un local de “Mateada”: un lugar donde tomar mate, degustar dulces caseros y leer un buen libro.

 

 

 

Mayor inspiración al cocinar: Su familia, especialmente su abuela, que falleció hace 2 años y fue el mayor motivo por el que postuló al programa.

Especialidad: No tiene. “Cocino de todo”, afirma.

Su “última cena” antes de morir sería: Lomo a lo pobre.

Mejor consejo culinario que ha recibido: Siempre pensar en las personas a las que les cocinará.

Famoso, vivo o muerto, al que le haría una cena: Víctor Díaz, más conocido como “Zafrada”.

Plato favorito: Sushi porque fue el primer plato que aprendió a cocinar.

Tres ingredientes que no le pueden faltar: Merkén, pimienta y albaca.

Si fuera un sabor sería: Una cebolla porque, explica, “para conocerla hay que sacarle las capas”.

La música que escucha mientras cocina: Cualquier canción que tenga una letra en español.

Jurado favorito: Ennio Carota porque “es el más duro de todos y, de alguna forma, el que te pone los pies en la tierra”.

Ex participante con que se identifica: Daniela.

Debería ganar la competencia porque: “Vengo de Magallanes y de alguna forma quiero demostrar que no porque uno venga de lejos, no puedo demostrar todo el talento”.

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