1. Sabemos perfectamente su estatura y tamaño definitivo, sin llevarnos sorpresas más adelante.

2. Como ya ha madurado, asimila con más rapidez todo lo que se le enseña, ya que la etapa adulta es en la que es más receptivo a la disciplina y aprendizaje de conductas. 

3. Evitamos los destrozos lógicos de adoptar a un cachorro que necesita juguetear y aprender, como por ejemplo, a hacer sus necesidades fuera de casa.

4. El perro adulto se adapta rápidamente a su nueva vida y en poco tiempo adquiere las costumbres de su nuevo hogar. 

5. La capacidad de agradecimiento y cariño es enorme. Encontraremos al compañero más fiel, leal y noble que jamás hayamos imaginado, ya que se le da la gran oportunidad de pasar el resto de su vida en una familia.

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