En el segundo capítulo de la cuarta temporada de “Siempre hay un chileno” conocimos a Andrés, quien lleva nueve años viviendo en Praga.

En el segundo capítulo de esta nueva temporada, conocimos las historias de tres chilenos, quienes compartieron sus vivencias en Praga, capital de la República Checa.

Además, los tres compatriotas mostraron sus lugares favoritos de la ciudad, las costumbres y contaron cómo se adaptaron a los checos.

Andrés comparte su música en Praga

Precisamente, el segundo chileno en compartir su historia fue Andrés Vidal, un músico y guía turístico que lleva nueve años viviendo en Praga.

Su historia en la capital de la República Checa comienza con una historia de amor de por medio, ya que, el llegó al país siguiendo a una polola que tenía y se terminó quedando por temas laborales y porque le gustó la ciudad.

Andrés mostró parte del casco histórico de la ciudad, en donde está ubicado el ayuntamiento, uno de los edificios más reconocidos por el reloj astronómico.

En el lugar, Andrés señaló que a pesar de que se ve harta gente en la ciudad, no es como en un año normal.  También contó que Praga es una de las ciudades más ateas del mundo.

Luego, el chileno se trasladó hasta el puente Carlos, una de las obras arquitectónica se más antiguas de esa capital. Tras esto, presentó el castillo de Praga, mientras contaba cómo es estudiar gratuitamente en ese país.

Andrés también nos presentó el museo de Franz Kafka y compartió la historia de la estatua de las dos figuras orinando.

Tras todo el recorrido histórico, el compatriota invitó al equipo a tomar cerveza o “pan líquido”, como le dicen los checos, enseñando todos los protocolos que hay para beber.

Finalmente, se trasladó en tranvía, con mascarilla puesta, hasta un barrio en donde la banda de cumbia que formó va a tocar, la que se compone de amigos latinos.

Ante la clásica pregunta de si volvería a Chile, Andrés sí volvería.

Vuelve a revivir este momento.

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